Arqueólogos encuentran en Israel raro tejido que la Biblia menciona 25 veces

Foto: Hallazgo en Israel /cortesía
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Arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel han encontrado un raro tejido teñido con gusano escarlata de 3.800 años de antigüedad que aparece mencionado 25 veces en el Antiguo Testamento.

Este hallazgo, que se dio a conocer la semana pasada en la revista Archeological Science; representa la evidencia más temprana conocida de esta tela y proporciona información valiosa sobre las técnicas de teñido y las redes comerciales de aquella época.

El estudio precisa que los arqueólogos en Israel, hallaron el pequeño trozo de fibra de lana en la Cueva de las Calaveras, en el desierto de Judea. Mide 2 centímetros y su excepcional tonalidad roja proviene de un gusano escamoso de color escarlata; cuyos ejemplares eran secados y molidos junto con sus huevos hasta crear el tinte.

Como el tinte deriva del ácido carmínico producido por el insecto, el color resultante es mucho más estable y brillante que los colorantes vegetales, explican los investigadores. Por otra parte, la recolección y producción era muy difícil y solo se podía realizar durante un breve periodo cada año; por lo que es considerado como uno de los colores más prestigiosos del mundo antiguo, cargando de gran simbolismo e importancia histórica.

Foto: Hallazgo en Israel /cortesía
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Hallazgo en Israel

El tinte escarlata, junto a otros colorantes preciosos como el azul y el púrpura de los caracoles marinos, son mencionados en varios versículos del Antiguo Testamento de la Biblia, como en el Segundo Libro de Samuel (1:24); «Hijas de Israel, lloren por Saúl, Que las vestía lujosamente de escarlata». 

El Papiro de Estocolmo, que data de entre el 200 y el 100 a.C., y documentos comerciales antiguos, como tablillas cuneiformes de Mesopotamia que datan del 1425 a.C.; también mencionan el tinte escarlata.

Para determinar el origen del tinte, los investigadores usaron el método de cromatografía líquida de alto rendimiento, que separa los compuestos e identifica sus componentes. Al comparar los resultados con una base de datos, vieron que se trataba del ácido carmínico de los insectos. Tras un análisis de carbono; se determinó que la pieza pertenecía a la Edad de Bronce, entre los años 1767 y 1954 a.C.