Un estudio de la Universidad de Pensilvania analizó toda la lista roja de Ley de Especies Amenazadas de Estados Unidos. Los investigadores encontraron que cada una de ellas está en peligro, en alguna por el cambio climático; debido a que son particularmente vulnerables a las variaciones en algunas condiciones básicas, como la temperatura o los niveles de precipitación.
Las especies de plantas y líquenes estudiadas pertenecen a ecosistemas altamente sensibles. Son endémicas de regiones específicas, por lo que tienen un rango geográfico de desarrollo muy limitado. Estas zonas son las que más podrían cambiar o desaparecer por culpa del cambio climático.
El planeta está 1,1 °C más caliente que antes de la Revolución Industrial. La comunidad científica alerta que la Tierra podría alcanzar los 1,5 °C esta década, un límite que potenciaría peligrosamente los efectos; que ya hoy se registran en todas partes del mundo.
Las más de 700 plantas y líquenes analizados dependen de requisitos ecológicos especializados y sensibles, como tipos de suelo, polinizadores o niveles de humedad, explica la investigación publicada en la revista PLOS Climate. Las altas temperaturas también provocan efectos fisiológicos directos, como el crecimiento reducido o la supervivencia disminuida.
Los investigadores revisaron las herramientas de evaluación existentes para examinar la amenaza del cambio climático en animales salvajes. Luego, las adaptaron y las aplicaron a estas especies vegetales.
El cambio climático es una amenaza para las especies en extinción
El equipo de científicos, liderado por Amy Casandra Wrobleski, evaluaron también los planes de conservación existentes para las plantas y líquenes en peligro de extinción. «Aunque se reconoce que el cambio climático es una amenaza para las especies, pocos planes de conservación incluyen medidas» de protección, explicó el grupo en una nota de prensa.
Solo en 9 % de los planes de recuperación evaluados incluyeron acciones para abordar el cambio climático directamente. Por ejemplo, el monitoreo, modelado, translocación o migración asistida. El reporte señala que, a pesar de ser reconocidas legalmente como especies en extinción, hace más de una década que no se evaluaba el riesgo que el calentamiento global supone para estas plantas.
El estudio concluyó que, si bien es un gran paso reconocer el cambio climático como una amenaza, se necesitan acciones directas y enfocadas para garantizar la recuperación. «A medida que cambien las condiciones a lo largo del próximo siglo, será aún más importante fijar objetivos claros y precisos para recuperar las especies».