El ruido del tráfico de automóviles inhibe las capacidades cognitivas del diamante mandarín (o diamante cebra) y podría amenazar la capacidad de estos pájaros cantores para adaptarse a su entorno, señala un estudio difundido este miércoles.
En los humanos la contaminación acústica puede afectar al rendimiento intelectual, como se ha demostrado en niños escolarizados en colegios cercanos a los aeropuertos, recuerda este estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society.
¿Y en los animales?
Se han realizado pocas investigaciones sobre el asunto pero el ruido "antrópico", generado por la actividad humana, está omnipresente en la naturaleza, señala el artículo.
Estos ruidos afectan particularmente a los pájaros con cerebros muy desarrollados y cuyas capacidades cognitivas son esenciales para orientarse.
Para cerciorarse de ello, un equipo de investigadores de la Pacific University, en el estado estadounidense de Oregón, sometió a los diamantes mandarines a varios tests, reproduciendo el ruido del tráfico automovilístico.
Estos pájaros originarios de Australia con pico rojo (Taeniopygia guttata) se usan mucho en la investigación por sus asombrosas habilidades cognitivas.
Las aves (machos y hembras) han pasado varias pruebas, como tomar un camino desviado para acceder a la comida o levantar una tapa de papel para encontrar su sustento, escondido debajo de un alambrado. También se realizaron pruebas de socialización, durante las cuales aprendían observando a otras aves a sacar un cordel para alcanzar su recompensa.
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En el grupo de control que no se sometió al ruido, "pudimos medir la velocidad a la que los pájaros lograban dominar nuevas habilidades, aprender a asociar diferentes colores con recompensas, recordar diferentes lugares…", enumera Christopher Templeton, uno de los autores del estudio.
En los individuos expuestos al ruido, la capacidad de aprendizaje se "redujo drásticamente", añade este biólogo. Se tardó hasta el doble de tiempo en resolver un problema (18 intentos para recordar el lugar de un escondite, frente a 9 para los pájaros no sujetos a ruido).
"Que sepamos, este es el primer estudio que examina el impacto del ruido del tráfico en las capacidades cognitivas de los animales", comenta el investigador.
Este efecto se añade a la larga lista de las ya conocidas consecuencias de la contaminación acústica en la vida silvestre como la alteración de la capacidad de comunicarse, de evitar a los depredadores, que crea interferencias para el apareamiento…
"Muchos pájaros cantores usan su cerebro para resolver diferentes problemas y aprender del mundo que los rodea. El debilitamiento de sus capacidades cognitivas podría tener un impacto significativo en su adaptación al entorno", afirma el investigador.