Una reciente investigación ha encontrado que cierto tipo de avispas, conocidas por construir sus nidos en agujeros diminutos, también pueden usar orificios de los dispositivos que miden la velocidad de los aviones.
Los bloqueos en estos tubos pueden hacer que los pilotos interpreten mal la velocidad durante el vuelo y representan un riesgo potencial para la seguridad aérea, según Ecological, la firma consultora australiana que dirigió el estudio.
Te puede interesar: Telescopio espacial muestra signos del nacimiento de un nuevo planeta
A raíz de varios incidentes de seguridad aérea que involucraron a avispas, los investigadores comenzaron a analizar el comportamiento de las avispas ojo de cerradura ('Pachodynerus nasidens') en el aeropuerto de la ciudad de Brisbane (Queensland, Australia).
Encontraron que estos insectos construyen sus nidos fácilmente en las sondas 'Pitot', instrumento en forma de tubo que se ubica en el exterior de las aeronaves para ayudar a medir la velocidad.
En una de las ocasiones, un avión que acababa de despegar tuvo que volver a aterrizar porque los pilotos se percataron de que las lecturas de velocidad eran inconsistentes. "En la inspección, se encontraron los restos de lo que parecía una avispa en uno de los tubos de Pitot del avión", explicó Alan House, autor principal del trabajo.
Para demostrar su hipótesis, el equipo imprime en 3D sondas 'Pitot' y las colocaron en cuatro ubicaciones del aeropuerto durante 39 meses. Los modelos fueron similares a los que se usan en los Boeing 737 y Airbus A320 y A330.
Descubrieron que durante ese tiempo un total de 93 sondas se bloquearon por completo, todas por nidos hechos por avispas ojo de cerradura. Los insectos escogieron las sondas de más de 3 milímetros de diámetro y construyeron casi todos sus nidos entre los meses de noviembre y mayo, explican.
Amenaza para la aviación
"Es la primera vez que me encuentro con insectos como una amenaza para la aviación", comentó Phil Shaw, coautor del trabajo.
Estas avispas son originarias de América del Sur, Central y el Caribe, donde construyen nidos utilizando cavidades hechas por el hombre, como grietas en las ventanas, enchufes eléctricos y cerraduras. Pero mediante el transporte marítimo y aéreo han conseguido llegar a otros lugares, como Australia.
Según los autores, esto representa un riesgo significativo para la seguridad de la aviación, y es necesario tomar medidas para evitar tragedias. "Esperamos que esta investigación atraiga la atención sobre un problema poco conocido pero grave de los viajes aéreos en las regiones tropicales y subtropicales. Las consecuencias de no controlar esta plaga ingeniosa pero peligrosa podrían ser sustanciales", concluyen.