Un grupo internacional de astrónomos alcanzó un logro inédito al descubrir una enana marrón sin más ayuda que la de un radiotelescopio sensible.
Hasta el momento, esos cuerpos celestes, también conocidos como 'superplanetas' o 'estrellas fallidas', únicamente habían sido detectados mediante monitoreos en infrarrojo.
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La BDR J1750+3809, a la que el equipo de investigadores dio el nombre de Elegast, fue detectada gracias a los datos proporcionados por el radiotelescopio neerlandés LOFAR. Luego su existencia fue confirmada por dos telescopios ubicados en la cumbre de Mauna Kea, en Hawái: el observatorio internacional Gemini y el telescopio infrarrojo de la NASA, operado por la Universidad de Hawái.
"Esta investigación abre un método completamente nuevo para detectar los objetos más fríos que flotan en la cercanía del Sol, que de otra manera serían demasiado tenues para ser descubiertos con métodos utilizados en los últimos 25 años", comentó el coautor Michael Liu, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái.
Las enanas marrones ocupan un lugar entre los mayores planetas y las estrellas menores. Estos objetos carecen de masa suficiente para mantener la fusión de hidrógeno en su núcleo y brillan en el espectro infrarrojo con el calor residual de su formación.
Estos superplanetas cuentan con una atmósfera más parecida a la de gigantes gaseosos como Júpiter o Saturno que a la de una estrella.
Al mismo tiempo, las enanas marrones pueden emitir luz en longitudes de onda de radio, debido a su poderoso campo magnético que acelera las partículas cargadas, como electrones. Esta radiación había sido detectada en cierto número de enanas marrones descubiertas y catalogadas con estudios en infrarrojo, antes de ser observadas con radiotelescopios.
El equipo que descubrió Elegast había decidido invertir la estrategia y empezar la búsqueda con observaciones en radio. Sus hallazgos han sido publicados en la revista The Astrophysical Journal Letters.