Un equipo internacional de arqueólogos ha descubierto en China restos fósiles, perfectamente conservados, de una nueva especie de dinosaurio que habitó la Tierra hace 125 millones de años.
Los fósiles de esta nueva especie de dinosaurio han sido encontrados en los lechos de Lujiatun, las capas más antiguas de la famosa Formación Yixian, en el noreste de China. Según explican los investigadores, cuyos descubrimientos han publicado en la revista científica 'PeerJ', los huesos de este dinosaurio fueron atrapados por una erupción volcánica mientras descansaban en el fondo de sus madrigueras.
"Estos animales fueron rápidamente cubiertos por finos sedimentos mientras estaban vivos o justo después de su muerte", explica a CNN el paleontólogo Pascal Godefroit del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales, que añade que el efecto que han sufrido estos restos sería muy similar a lo que ocurrió en Pompeya (Italia) cuando entró en erupción el Vesubio en el año 79 d.C
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Nuevo dinosaurio en China
La nueva especie, que se ha bautizado con el nombre de "Changmiania liaoningensis", significando la palabra ‘Changmian’ "sueño eterno" en chino, vivió durante el período cretáceo y era un pequeño herbívoro (1,2 metros de largo) que podía correr muy rápido, basándose en la longitud de su cola y en la composición de sus patas.
Según se describe en el estudio, la razón por la que el fósil se conservó tan bien fue precisamente el motivo de su muerte. Debía estar durmiendo en su madriguera cuando una erupción volcánica lo sepultó, dejándolo para siempre en los brazos de Morfeo.
El hallazgo de este nuevo dinosaurio en China es interesante también porque, al haber aparecido tan bien conservado, se puede aprender mucho sobre él.
"Ciertas características del esqueleto sugieren que ’Changmiania liaoningensis’ podía excavar madrigueras, como lo hacen los conejos hoy en día", añade Godefroit. "Su cuello y sus antebrazos eran muy cortos pero robustos, sus omóplatos son característicos de los vertebrados excavadores y la parte superior de su hocico tiene forma de pala".
Ha sido relativamente fácil obtener un “retrato” de como debió ser en vida el animal. Se trataba de un pequeño herbívoro, que no mediría mucho más de un metro. La longitud y la constitución de su cola y sus patas indican que debía correr muy deprisa, pero también que era un gran excavador. Esto último lo certifican también su cuello y sus antebrazos, cortos y robustos, acompañados de un hocico en forma de pala, que le ayudaría a retirar la tierra.