Desde que se lanzaron los primeros 60 satélites Starlink en mayo de 2019, en el marco de la formación de una red global de cobertura de Internet, se han puesto en órbita unos 700 más, lo que ha afectado considerablemente las observaciones astronómicas desde la Tierra.
Los satélites, lanzados por la empresa SpaceX, reflejan suficiente luz solar por la noche para ser vistos claramente a simple vista y representan un claro obstáculo para la observación de estrellas. A finales de abril, SpaceX admitió que los satélites "son visibles desde la superficie terrestre al amanecer o al atardecer".
En mayo, anunció algunas medidas programadas para 'oscurecer' su constelación de satélites y reducir el impacto de su brillo en las actividades astronómicas. En particular, propusieron lanzar un prototipo conocido como DarkSat que cuenta con un revestimiento antirreflectante negro. Según los expertos, es una gran mejora, pero aún está lejos de lo que los astrónomos consideran es necesario, recoge la revista Scientific American.
"Yo no diría que el DarkSat es una victoria, pero sí un buen paso en la dirección correcta", asegura Jeremy Tregloan-Reed, astrónomo de la Universidad de Antofagasta, en Chile.
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El segundo intento de la compañía de solucionar el problema fue el VisorSat, un satélite oscurecido que reduce el reflejo de la luz mediante una especie de sombrilla negra. Sin embargo, los astrónomos aún no están seguros de si métodos como DarkSat y VisorSat son la verdadera solución.
Tregloan-Reed apunta a que la parte positiva es que "el desarrollo tanto de DarkSat como del nuevo VisorSat muestra que Starlink parece estar esforzándose en mitigar el impacto" de sus satélites.
Por su parte, Meredith Rawls, astrónoma de la Universidad de Washington, teme que a largo plazo, con el crecimiento de las constelaciones de satélites, las empresas podrán lanzarlas sin ningún intento de llegar a un compromiso con los astrónomos. "Crea muchos errores sistemáticos (…) Se convierte en un desastre", lamenta. Solo el proyecto Starlink tiene el propósito de llegar a poner 42.000 satélites en órbita.
En agosto, un grupo de más de 250 científicos, ingenieros, operadores y otros expertos advirtieron que tener imágenes claras de las estrellas en el cielo nocturno "ya no será la norma" debido al aumento de las constelaciones de satélites ubicados en la órbita terrestre baja (LEOsats), entre ellas Starlink. Según los expertos, la única forma de salvar completamente el cielo nocturno es "lanzar menos LEOsats o ninguno", lo cual es "poco práctico".