Descubren el mejor lugar de la Tierra para observar las estrellas

gran bretana

Un equipo de investigadores de China, Australia y Canadá descubrió el mejor lugar de la Tierra para observar las estrellas, comunicó este miércoles la Universidad de Columbia Británica (UBC).

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Según revelaron los científicos, este sitio se encuentra en la Antártida, una de las regiones más remotas y frías del planeta. El Domo A, la cúpula de hielo más alta de la meseta antártica, situada cerca del centro de la Antártida Oriental, 1.200 kilómetros hacia el interior del continente, podría ofrecer la vista más clara de las estrellas durante la noche, reza un estudio, publicado en la revista Nature.

"Un telescopio situado en el Domo A podría superar a un telescopio similar situado en cualquier otro sitio astronómico del planeta", afirmó Paul Hickson, astrónomo de la universidad canadiense y coautor del estudio, quien detalló que la combinación de "elevada altitud, baja temperatura, largos períodos de oscuridad continua y una atmósfera excepcionalmente estable", hacen que ese punto sea "un lugar muy atractivo para la astronomía óptica e infrarroja". "Un telescopio ubicado allí tendría imágenes más nítidas y podría detectar objetos más tenues", agregó.

Calidad de imágenes 

Los investigadores explicaron que uno de los mayores obstáculos de la astronomía terrestre es el efecto de la turbulencia atmosférica, que se refleja en la calidad de las imágenes de los telescopios y hace que las estrellas titilen. 

Ese efecto sobre las imágenes de objetos astronómicos, que denota la distorsión del cielo nocturno, se denomina 'visibilidad astronómica' y se mide en segundos de arco.

Actualmente, los observatorios con mayor rendimiento están ubicados en Chile y Hawái y ofrecen visibilidad astronómica de 0,6 a 0,8 segundos de arco. Por su parte, la Antártida tiene el potencial para una mejor observación, debido a la menor turbulencia en la atmósfera, con la visibilidad astronómica estimada de 0,13 a 0,31 segundos de arco en el Domo A.

"La capa límite más delgada del Domo A hace que sea menos difícil localizar un telescopio por encima de ella, dando así mayor acceso a la atmósfera libre", concluyó Bin Ma, autor principal del estudio.