La estación de verano suele venir con cielos despejados y claros, perfectos para ver las lluvias de estrellas que adornan las noches estivales. Las lluvias de meteoros más conocidas y fácilmente visibles en este período son las Delta Acuáridas y las Perseidas.
Es un evento en el que se observa un gran número de estrellas fugaces. Estos meteoros son provocados por corrientes de desechos cósmicos, llamados 'meteoroides', que entran en la atmósfera de la Tierra a velocidades extremadamente altas en trayectorias paralelas.
En el presente mes de julio, el fenómeno más importante son las Delta Acuáridas. El Centro Astronómico Ciedra define esta lluvia de estrellas como "un aperitivo de las Perseidas". Este año, el punto álgido se espera para la noche del 25 de julio, cuando se podrán ver hasta 25 meteoros por hora, aunque depende mucho del lugar de observación y de las condiciones meteorológicas del momento.
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Las Perseidas, también conocidas como lágrimas de San Lorenzo, son otro fenómeno muy conocido y fácilimente visible. La Asociación Astronómica de España sitúa el día de máxima visibilidad el 17 de julio hasta el 24 de agosto en todo el hemisferio norte. Sin embargo, la noche que alcanzará la mayor actividad será en la noche del 12 al 13 de agosto. Lamentablemente, no es posible señalar una hora exacta en la cual el fenómeno podrá ser visto en su apogeo, según la Asociación Astronómica de España.
Las Perseidas se encuentran entre las lluvias de meteoros más impresionantes de las que se suceden a lo largo del año. Las Leónidas, en noviembre, o las Gemínidas, en diciembre, también son algunas de las más espectaculares.
¿Cuándo se puede observar este fenómeno?
Algunas recomendaciones de la Asociación Astronómica de España son salir lo más lejos posible de las urbes para encontrarnos cielos muy oscuros, ya que es esencial para apreciar con todo detalle las lluvias; mientras más oscuro, más veremos. No hacen falta telescopios, ni prismáticos, ni ninguna ayuda óptica, debido a que al tener aumentos, sólo nos permiten ver unas regiones concretas y pequeñas del cielo, necesitamos el mayor ángulo posible de visión, y nuestros ojos sin ayuda óptica es lo ideal.