Investigadores canadienses estudiaron el fósil de un enorme dinosaurio herbívoro, de 110 millones de años de antigüedad, y descubrieron incluso cuál fue su última comida, informa la Universidad de Saskatchewan.
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Después de haber ingerido ese último alimento, el antiguo nodosaurio, de la especie Borealopelta markmitchelli y de unos 1.300 kilos de peso, cayó con su espinoso lomo en el barro de un lecho marino en lo que ahora es el norte de la provincia de Alberta (Canadá), donde quedó sepultado hasta que su cuerpo fosilizado fue hallado en el 2011.
De lo sucedido desde entonces habla un estudio realizado por científicos del Museo Tyrrell de Paleontología, la Universidad de Saskatchewan y la Universidad de Brandon, y publicado este 3 de junio en la revista Royal Society Open Science.
Tras analizar el contenido estomacal de la formidable bestia, los especialistas descubrieron que 88 % eran hojas de helecho y solo un 7 % correspondía a tallos y pequeñas ramas. Según los investigadores, "este nuevo estudio cambia lo que sabíamos sobre la dieta de los grandes dinosaurios herbívoros", ya que investigaciones anteriores "no ofrecieron información sobre los tipos de plantas que comían" esos animales.
Fragmentos de plantas quemadas
David Greenwood, biólogo de la Universidad de Brandon, detalló que entre los residuos gástricos se encontró "una cantidad considerable de carbón vegetal procedente de fragmentos de plantas quemadas", lo que indica que el animal estuvo en una zona en la que había tenido lugar un reciente incendio.
"El hallazgo del contenido estomacal preservado de un dinosaurio es extraordinariamente raro, y lo recuperado del nodosaurio momificado por el equipo del museo es, con mucho, el estómago de dinosaurio mejor conservado que se haya encontrado hasta la fecha", subrayó el geólogo Jim Basinger, uno de los integrantes de la investigación.