Un grupo de científicos del Instituto Nacional de Defensa Biológica Battelle de EE.UU. afirma que la luz solar desactiva los patógenos del COVID-19, según indican en un artículo aceptado este miércoles para publicación en la revista The Journal of Infectious Diseases.
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Para demostrarlo, los biólogos recrearon en laboratorio unas condiciones similares a las de un mediodía despejado del solsticio de verano (el 21 de junio) a 40 grados latitud norte, es decir, en una línea que atraviesa el Mediterráneo, el norte de China y el centro de EE.UU.
Determinaron que con esa luz un 90 % de los patógenos mueren cada 6,8 minutos en saliva y 14,3 minutos en medios de cultivo. Bajo una luz menos intensa, el virus también moría, aunque a un ritmo más lento.
"El presente estudio proporciona la primera evidencia de que la luz solar puede inactivar rápidamente el SARS-CoV-2 en las superficies, lo que sugiere que su persistencia y, luego, el riesgo de exposición, pueden variar significativamente entre espacios cerrados y abiertos", señalan los autores del estudio, añadiendo que también "la luz solar natural puede ser efectiva como desinfectante para materiales no porosos contaminados".
¿Es eficaz para prevenir el contagio?
Mientras que un portavoz de los científicos, citado por Reuters, indicó que "la luz solar natural puede ser efectiva para reducir significativamente la cantidad del virus en las superficies expuestas", los investigadores precisaron que existe el riesgo de que el SARS-CoV-2 no sea eliminado completamente de las superficies afectadas.
Para extraer conclusiones respecto a la eficacia de la luz solar en la lucha contra el coronavirus, es necesario llevar a cabo más investigaciones. De momento se desconoce la cantidad de virus que una persona infectada deja en alguna superficie al entrar en contacto con ella, así como en qué medida este puede llegar a un organismo desde una superficie y qué cantidad causa la infección de una persona, reiteran científicos.
En marzo, otro estudio estadounidense determinó que el SARS-CoV-2 puede sobrevivir hasta cuatro horas sobre el acero, hasta 24 horas sobre el cartón y hasta dos o tres días sobre el plástico y el acero inoxidable. No obstante, en esa ocasión los científicos no expusieron el virus a la luz.
Esta semana, la Agencia Federal de Salud de EE.UU. divulgó nuevas pautas sobre el coronavirus, en las que estimó que el patógeno "no se propaga fácilmente al tocar superficies u objetos" y que su forma principal de transmisión es a través del "contacto cercano de persona a persona". No obstante, no descartó la vía 'humano—objeto—humano'.