Un grupo de científicos descubrió un hongo mutante en Chernobyl que podría convertirse en una nueva fuente de energía renovable.
A más de tres décadas del accidente, Chernobyl es una de las zonas más radioactivas del mundo y los científicos creen que no volverá a ser habitable en varios miles de años.
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Sin embargo, la ciudad ucraniana tiene rastros de vida vegetal y animal que se han adaptado al lugar y lo han habitado a pesar de los altos niveles de radiación.
En 1991, un grupo de vigilancia aéreo descubrió manchas negras alrededor del reactor nuclear que resultaron ser hongos invulnerables a la radiación.
Años más tarde, la doctora Ekaterina Dadachova, de la Universidad de Saskatchewan, consiguió una muestra de los hongos para investigarlos y determinó que no solo eran inmunes a la radiación, sino a atraían y la utilizaban para crecer más rápido.
Superpoder del hongo
Según el estudio, el superpoder del hongo se desarrolló gracias a la melanina, un pigmento natural que se encuentra en los mamíferos y es el encargado de dar color a la piel, el pelo y los ojos.
La melanina absorbe la luz y bloquea la radiación ultravioleta
Si los investigadores logran extraer la sustancia de los hongos, la podrían utilizar para bloquear la radiación y convertirla en energía renovable; como una especie de paneles solares hechos de hongos. También podrían utilizarla en pacientes sometidos a radioterapia y disminuir los efectos secundarios.
En 2016, los hongos fueron enviados a la Estación Espacial Internacional, donde la radiación es entre 40 y 80 veces mayor que en la Tierra, para observar su comportamiento en un ambiente más radioactivo y encontrar aplicaciones para proteger a los astronautas de la radiación solar.