La humanidad podría tener que acostumbrarse al nuevo coronavirus, según el doctor en Ciencias Biológicas Serguéi Netiósov. Debido al largo período de incubación, que, según los médicos chinos, ha aumentado de 14 a 27 días, es imposible contener la propagación del patógeno.
"La principal preocupación sobre este patógeno no está relacionada con la escala y la mortalidad durante el brote actual. El problema es que la cepa puede arraigarse entre las personas que no muestran síntomas y están enfermas por períodos largos liberando el virus en el medio ambiente. La COVID-19 afectará anualmente a la parte más susceptible de la población: a los ancianos, a los enfermos crónicos y a los que tienen la inmunidad débil", declaró el especialista en una entrevista para el periódico ruso Izvestia.
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En el futuro, los brotes de COVID-19 llegarán en forma de oleadas, opina el especialista en física médica y biológica Alexandr Melerzánov.
"Por regla general, las epidemias de gripe se producen en el período de otoño-invierno. Y, si hablamos de esta cepa, estamos hablando de su control por analogía con diferentes cepas del virus de la gripe, en lugar de una victoria completa sobre el patógeno", señaló el científico, destacando que una victoria así no se podrá alcanzar. Es decir, el coronavirus seguirá circulando, a diferencia de las infecciones que se consideran erradicadas.
Contagio total
La probabilidad de que la humanidad sea portadora del virus todo el tiempo es extremadamente alta, explica el director del Instituto de Parasitología Médica, Enfermedades Tropicales y de Transmisión, Alexandr Lukáshev. La evolución de los patógenos funcionaba de un modo similar hace varios cientos de años. Así es como aparecieron las cepas de coronavirus no peligrosos que causan enfermedades respiratorias y que circulan en la población humana de forma invisible bajo la apariencia de un resfriado común.
"Sin embargo, desde principios del siglo XX no hubo patógenos similares. Este virus muy probablemente se convertirá en uno recurrente entre la población", relata Lukáshev a Izvestia.
El nuevo virus se propaga e infecta debido a sus propiedades únicas. La COVID-19 interactúa muy bien con los receptores de la superficie de las células humanas, lo que significa que hace falta una menor cantidad de patógeno para infectar.
Además, los científicos chinos han descubierto también que el coronavirus puede afectar no solo a los pulmones humanos, como se pensaba hasta ahora, sino también a otros órganos, como los riñones, el corazón y los intestinos. "Si se confirman estas afirmaciones, podemos asumir que el virus es capaz de reproducirse en diferentes tejidos", agregó Melerzánov.