Un grupo de 36 ranas gigantes del lago Titicaca, una especie en peligro de extinción muy codiciada por sus supuestas propiedades afrodisíacas, fue presentada a periodistas tras nacer en cautiverio en un zoológico de Lima.
"La rana de Titicaca es una especie categorizada en peligro crítico de extinción, que está pasando por una serie de complicaciones bastante grandes por el tema de contaminación del agua y porque la gente las captura para consumirlas en licuados (brebajes)", dijo a la AFP la doctora Celia Díaz, del Parque Zoológico Huachipa, al este de Lima.
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Esta especie, descubierta por el afamado investigador francés Jacques Cousteau, es oriunda del Titicaca, el lago más alto del mundo ubicado a más de 3.800 m de altitud en la frontera andina entre Perú y Bolivia. "Los animales que estamos viendo son producto de la reproducción de dos ejemplares que fueron traídos en forma de decomiso desde los Andes", explicó Díaz.
Las superranas fueron presentados en peceras, adornadas con plantas acuáticas y están en buenas condiciones. Se reproducen dos veces al año y se alimentan de migroalgas y gusanos. Algunos ejemplares pueden llegar a pesar hasta un kilogramo.
El zoológico tiene un programa de conservación, donde a través de charlas se enseña a proteger a estos animales cuya vida está amenazada, entre otros factores, por la demanda para realizar extractos de rana para consumo humano. Algunas creencias populares les atribuyen poderes afrodisíacos.
"No creo que estas ranas se puedan reproducir en su hábitat natural, se morirían por la contaminación", dijo a la AFP José Flores, coordinador del área de anfibios del zoo limeño.
En Huachipa se había logrado anteriormente la reproducción exitosa de una camada de ranas que fueron enviadas a fines de 2015 al zoológico de Denver, en Estados Unidos, para su estudio, dijo Díaz.
Descubiertas por Cousteau
La rana gigante, cuyo nombre científico es Telmatobius culeus, fue descubierta por Cousteau en 1969, en una de sus expediciones submarinas en el lago que comparten Perú y Bolivia. En ese entonces, el oceanógrafo y documentalista aseveró que existían 1.000 millones de estos ejemplares.
Esta especie, que puede medir entre 35 y 40 cm y pesa 800 g en promedio, se caracteriza por tener la cabeza redondeada, su frente ancha y aplanada, con una piel suave y holgada que cuelga con pliegues desprendidos.
En Perú y Bolivia está considerada como una especie amenazada, mientras que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasifica como en peligro crítico de extinción.
Esta semana, el Banco Central de Reserva del Perú acuñó una moneda alusiva a la rana gigante del Titicaca, el anfibio más emblemático del altiplano peruano-boliviano.
En 2016, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) inició una investigación por la muerte de unas 10.000 ranas gigantes por supuesta contaminación en un río que desemboca en el Titicaca.