Un equipo de arqueólogos ha encontrado los restos de una antigua muralla de piedra de origen desconocido que mide aproximadamente 115 kilómetros de longitud en Sarpol Zahab (Kermanshah, Irán) cerca de la frontera con Irak, informó el portal Live Science.
Esta estructura va de norte de norte a sur —desde las montañas de Bamu hasta un área cercana a la localidad de Zhaw Marg— y originalmente contenía cerca de un millón de metros cúbicos de rocas, con lo cual su construcción debió requerir mucha mano de obra, abundantes materiales y gran cantidad de tiempo.
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Los lugareños conocían la existencia de esta construcción, que llaman La muralla de Gawri y conocen su historia: otros especialistas ya trabajaron en la zona, pero nunca publicaron los detalles de sus investigaciones.
Varias piezas de alfarería encontradas en distintos puntos indican que esta muralla se podría remontar a un periodo entre el los siglos IV a.C. y VI d.C., indica Sajjad Alibaigi, de la Universidad de Teherán, quien publicó los resultado de este proyecto en la revista Antiquity.
Investigaciones
"Restos de estructuras, ahora destruidas, se encuentran visibles a lo largo de la muralla" y "podrían haber sido torretas asociadas o edificios", escribió Alibaigi, quien detalló que la estructura fue edificada con materiales locales como adoquines, cantos rodados y mortero de yeso.
A raíz de su pobre estado de conservación, los científicos aún no han logrado descifrar si la muralla fue levantada con fines simbólicos —para demarcar una frontera, por ejemplo— o como estructura defensiva.
Tampoco están seguros de quiénes fueron sus constructores, aunque los candidatos probables son los imperios parto (247 a.C.-224 d.C.) o sasánida (226-651), ya que ambos períodos se caracterizaron por la edificación de numerosos y vastos castillos, ciudades y sistemas de irrigación.