Un grupo internacional de investigadores ha logrado secuenciar el ADN del polen que transportan los insectos para descubrir sus rutas migratorias, un trabajo que publica hoy a revista "Molecular Ecology Resources".
Los investigadores han estudiado una pequeña región del ADN del polen que transportan los insectos y que actúa como un código de barras que permite identificar la planta de la que chuparon su néctar.
El estudio también demuestra, por primera vez, que las migraciones de los insectos hacen posible la polinización transcontinental y, por tanto, que se mezclen variedades de plantas muy distantes geográficamente.
Uno de los expertos, Roger Vila, del Instituto de Biología Evolutiva español (IBE), explicó que la migración de los insectos es un fenómeno natural tan importante como desconocido, y, de hecho, solo se ha estudiado con profundidad en algunas especies emblemáticas, como la langosta migradora y la mariposa monarca.
Ahora, los investigadores han desarrollado una técnica que permite estudiar fácilmente los movimientos migratorios de los insectos analizando el ADN del polen que transportan.
Los investigadores han aplicado esta técnica en una muestra de polen de 47 ejemplares de mariposa 'Vanessa cardui' capturadas en la costa mediterránea española durante la primavera.
El objetivo era comprobar si las secuencias obtenidas eran de especies de plantas endémicas de África, para tener información sobre los circuitos migratorios de las mariposas.
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El análisis ha revelado que había polen de 157 especies de plantas de 23 órdenes diferentes y que la gran mayoría eran, efectivamente, africanas y no se encuentran en Europa.
La 'Vanessa cardui' es la mariposa que hace las migraciones más largas del mundo, ya que migra cada año entre África y Europa (cruzando el desierto del Sahara) de ida y vuelta, aunque las rutas exactas siguen siendo desconocidas.
El estudio, además, ha descubierto que la polinización transcontinental por insectos migrantes es posible.
Vila destacó que "es un fenómeno a tener en cuenta tanto en plantas silvestres como en cultivadas porque permite que se mezclen variedades de plantas que están muy distanciadas geográficamente".
"Esperamos que esta técnica de estudio del ADN abra una nueva vía de investigación que, junto con las actuales, permita esclarecer qué insectos migran, cuando, y qué rutas siguen, porque todavía desconocemos el impacto de la migración de los insectos en los ecosistemas y en la transmisión de enfermedades", añadió Gerard Talavera, coprimer autor del artículo e investigador del IBE.
En el estudio participaron además investigadores de la Academia Polaca de Ciencias y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Fuente: EFE