No es la primera estrella tan antigua como para haberse creado inmediatamente después del Big Bang, pero sí la única tan cercana a nosotros como para estudiarla realmente. Tiene nada menos que 13,5 mil millones de años de antigüedad y se encuentra en nuestra propia Vía Láctea. Llamada con el complejo nombre 2MASS J18082002–5104378 B, los científicos pueden darse cuenta de su edad debido al contenido de metal que posee.
¿Qué sucedía con el metal en el comienzo del universo?
Luego del Big Bang, el contenido de metal en el universo era poco. Las primeras estrellas comenzaron a tener metales y al morir, lanzaron esos restos en el universo. Con esos materiales se crearon nuevas estrellas, con mayor contenido en su interior. Cuanto más joven es una estrella, más contenido de metales tiene. Pero esta estrella descubierta tiene solamente un 10% del metal de la Tierra, el más bajo jamás encontrado.
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Lo curioso es que esto implica que quizás las estrellas de nuestra Vía Láctea son más viejas de lo que pensamos. Se calcula que tienen entre 8 y 10 mil millones de años de antigüedad, pero esta estrella existe desde mucho antes. Lo interesante, además, es su masa, dado que tiene un 10% del tamaño de nuestro Sol. La idea previa de que las estrellas antiguas eran masivas y morían rápido cae bajo esta evidencia.
Según todos los datos recolectados, esta estrella seguramente pertenece a la segunda generación del universo. Si comparamos con el Sol, por ejemplo, este pertenece a 100 mil generaciones más adelante, siendo bastante joven. Por otro lado, implica que algunas estrellas muy antiguas no han muerto todavía, aunque en un comienzo se creyeran extintas. El estudio de la estrella fue publicado en la revista Astrophysical Journal.
Fuente: VIX