Los científicos no se explican de donde proviene «El destello más brillante del universo»

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En 2007, un profesor de física llamado Duncan Lorimer y uno de sus estudiantes estaban revisando archivos de una investigación de púlsares, y entre los registros descubrieron un extraño fenómeno astrofísico.

Un fenómeno de gran energía que se manifiesta en forma de fugaz pulso de radio y dura apenas unas milésimas de segundo, lo que le valió el nombre de «ráfaga rápida de radio» o FRB por sus siglas en inglés.

Desde entonces, muchas más FRBs han sido descubiertas, incluyendo una de carácter intermitente.

El destello más brillante del universo

Así describe Livescience a las FRBs: «Estos pulsos ultrabreves, ultrapoderosos de energía antigua, son los destellos más brillantes del universo, aunque no puedes verlos. Viajan miles de millones de años luz a través del tiempo y el espacio, brillan con una intensidad cercana a la de 100 soles y luego se desvanecen de la existencia apenas milisegundos después de haber ingresado en el alcance de los telescopios terrestres. Como son ondas de radio, todo esto ocurre de manera totalmente invisible al ojo humano».

Recientemente, investigadores del SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) descubrieron 72 ráfagas rápidas de radio que antes habían pasado desapercibidas.

Mientras tanto, gracias a un telescopio de última generación en Australia, se reportó en octubre de 2018 el registro de cerca de 20 nuevas ráfagas en el último año, casi el doble de las que se habían detectado en todos estos años desde la primera en 2007.

Todo esto ha llevado a los astrónomos a sospechar que tal vez este es un fenómeno que ocurre de manera casi constante y es bastante más frecuente de lo que se creía.

La Tierra está siendo bombardeada por esta misteriosa energía de origen incierto. El problema es que todavía no tenemos la tecnología suficiente como para capturarla en toda su magnitud.

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Ráfagas de energía desde otra galaxia

La gran interrogante respecto a las ráfagas rápidas de radio es su origen, aunque se ha considerado altamente probable que sea extragaláctico.

La gran dificultad para establecer el origen de las ráfagas rápidas de radio es que es un fenómeno de naturaleza aislada y fugaz, difícil de estudiar de manera precisa y detenida.

El origen extragaláctico fue sugerido gracias a la ráfaga descubierta en 2012 y conocida como FRB 121102, que es la que tiene un carácter intermitente.

Esta ráfaga fue localizada en una galaxia enana aproximadamente a tres mil millones de años luz de la Vía Láctea, lo que sugiere un entorno extremo.

«Si tuviéramos uno de estas fuentes de energía en el otro extremo de nuestra galaxia» dijo James Cordes, un astrónomo que llevó a cabo un estudio sobre FRBs, «alteraría las ondas radiales aquí en la Tierra, y lo notaríamos, ya que saturaría los niveles de señal en nuestros smartphones».

«Lo que sea que está sucediendo allí donde se encuentra el origen de esta ráfaga es temible, y no quisiéramos estar ahí» agregó.

Una inteligencia extraterrestre

Una vez aceptada la hipótesis de una fuente de energía en otra galaxia distante de la nuestra, dado que si provinieran de nuestra propia galaxia lo notaríamos, aún queda por determinar exactamente qué es lo que en aquella galaxia muy, muy lejana ha producido la ráfaga.

Las especulaciones más ortodoxas sugieren una colisión entre objetos muy densos como agujeros negros o estrellas de neutrones, pero todavía no se ha podido explicar cómo uno de estos fenómenos podría liberar estas explosiones tan poderosas de energía, que viajan a través del universo por miles de millones de años luz, atravesando nubes de polvo y gas intergaláctico y llegando a la Tierra en forma de fugaces pulsos de radio.

De modo que varios científicos albergan la posibilidad de una explicación más osada, que incluya alguna clase de inteligencia extraterrestre.

Avi Loeb, astrofísico de la Universidad de Harvard, dijo que «quizá algunas de las FRBs están asociadas a señales de radio artificiales producidas por alguna civilización extraterrestre».

Agregó que al no poder determinar ni entender exactamente el origen de las FRBs es necesario mantener «una mente abierta y examinar todos los datos sin prejuicios».

Fuente. VIX