Los olores nos rodean, proporcionando señales sobre muchos aspectos de la identidad personal, incluido el estado de salud. Ahora, un grupo de científicos, liderados por Stephanie Gervasi, señala el alcance y la importancia de los olores personales como fuente de información sobre la salud de un individuo. En un nuevo estudio, publicado en Scientific Reports, los autores revelan que cuando animales sanos comparten un espacio con otros enfermos, el olor corporal de los primeros cambia y se asemeja al de sus congéneres enfermos.
Los hallazgos sugieren que las señales de olor asociadas con la enfermedad pueden causar cambios biológicos en los individuos sanos, lo que podría afectar los vínculos sociales y tal vez incluso los patrones de propagación de la enfermedad.
“La exposición a los olores de individuos enfermos puede desencadenar respuestas protectoras en su grupo sociales para minimizar el riesgo de infección inminente – explica Gervasi en un comunicado – . Este trabajo muestra no solo que los olores son una señal de enfermedad, sino que pueden tener fuertes efectos en aquellos que los detectan. Esta es una transferencia notable de información a través del olfato que altera específicamente la fisiología y podría desempeñar un papel en la transferencia de enfermedades entre individuos en muchas especies”.
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En el estudio, los investigadores inyectaron a ratones con lipopolisacárido (LPS), una toxina bacteriana no infecciosa que causa inflamación, activación del sistema inmune y otros síntomas asociados con la enfermedad. Los animales "enfermos" inyectados con LPS se alojaron en las mismas jaulas que los animales sanos.
Los resultados indicaron que los compañeros sanos de animales enfermos olían más como animales enfermos, en comparación con animales sanos alojados en otros recintos.
Se obtuvieron resultados similares cuando el estudio se repitió con animales enfermos y sanos que estaban físicamente separados por una superficie perforada. La partición permitió que los olores circularan, sugiriendo que el olor de los ratones sanos no se debía a contacto físico.
Los hallazgos combinados revelan que los olores corporales de animales sanos pueden cambiar en presencia de señales de enfermedad basadas en el olor.
Fuente: QUO.Es