Aitoliko es un pueblo de Grecia, ubicado a 250 kilómetros de Atenas, que se hizo conocido en los últimos días. ¿Fueron sus paisajes, su cultura o su comida lo que hizo que cobrara relevancia mundial? No, fue porque amaneció cubierto de una gigantesca telaraña.
Los locales e incluso los turistas de este pueblo conocían las costumbres de las arañas, que tejen enormes telarañas con las que envuelven los árboles y arbustos cercanos al lago Aitoliko, informó La Vanguardia.
Sin embargo, es la primera vez que este fenómeno ocurre de forma tan rápida y tan invasiva. Esta vez, las telarañas llegaron a cubrir 300 metros de la costa del pueblo.
Especialistas en el tema indicaron que se trata de una singular eclosión de arañas de la familia Tetragnathidae, que elabora grandes telarañas con el fin de reproducirse. Las temperaturas altas, la humedad y la proliferación de mosquitos habrían sido la clave del aumento de este fenómeno.
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Maria Chatzaki, profesora de biología molecular y genética de la Universidad Demócrito de Tracia, en Grecia, dijo que las altas temperaturas, la gran cantidad de humedad y alimento crean las condiciones ideales para que la especie se reproduzca masivamente.
"Es como si las arañas se estuvieran aprovechando de estas condiciones y estuvieran teniendo una especie de fiesta. Se aparean, se reproducen y crean una generación completamente nueva", dijo al medioNewsit.gr.
Si bien los aracnofóbicos deben mantenerse al margen, para la tranquilidad de las personas los expertos aseguraron que ni las telarañas ni las arañas suponen un riesgo para el medioambiente, para los animales o para las personas.