Los cosmonautas rusos Serguéi Prokopiev y Alexéi Ovchinin inspeccionarán desde el exterior el casco de la nave Soyuz MS-09 adosada a la Estación Espacial Internacional (EEI) con el fin de asegurarse de que no presenta daños adicionales tras el hallazgo de un agujero que en el segmento ruso del aparato.
"Todavía no hay una fecha fija, pero realizaré la caminata con Serguéi Prokopiev", dijo Ovchinin a la prensa antes de someterse a las últimas pruebas en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas ruso de cara a su viaje a la EEI el 11 de octubre junto con el astronauta de la NASA Nick Hague.
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El cosmonauta confirmó el jueves que la caminata estará relacionada tanto con unas "tareas que fueron determinadas hace tiempo", como con "algunas nuevas", surgidas tras la reciente pérdida de presión por parte de la Soyuz a causa de un agujero.
Por su parte, una fuente de la industria espacial rusa dijo hoy a la agencia RIA Nóvosti que la salida al espacio de los cosmonautas podría producirse en noviembre.
"Oficialmente (la salida al espacio) está dedicada a labores de mantenimiento del exterior de la EEI, pero la tripulación revisará también el casco de la nave por fuera por posibles daños", dijo la fuente.
Agregó que en caso de que los cosmonautas no consigan cumplir todas las tareas durante esa salida al espacio, volverán a intentarlo en el plazo de unas semanas.
Al comentar el incidente en la Soyuz MS-09, Ovchinin aseguró el jueves que no tiene miedo en viajar el próximo 11 de octubre a la plataforma orbital a bordo de la nave Soyuz MS-10.
"Soyuz ha sido, es y será el aparato espacial más seguro", zanjó el cosmonauta.
Al mismo tiempo, indicó que tiene una versión sobre lo que pudo ocasionar la pérdida de hermeticidad en el aparato, pero prefiere esperar a que acabe la investigación oficial de las autoridades antes de hacerla pública.
A finales de agosto los sistemas de la EEI detectaron una pequeña pérdida de presión producto de un diminuto agujero en el casco de la Soyuz MS-09, que en un primer momento la agencia espacial Roscosmos atribuyó al impacto de un micrometeorito.
No obstante, fuentes de la industria espacial señalaron que el agujero fue taladrado después de que la nave fuera totalmente ensamblada, lo que apuntaría a un sabotaje desde el interior.
Los cosmonautas rusos que se encuentran a bordo de la plataforma espacial repararon la fuga, tras lo que verificaron en dos ocasiones, con un intervalo de varias horas, la hermeticidad del casco la nave.
Rusia indicó que el suceso en ningún momento puso en peligro a la tripulación de la plataforma orbital, donde en la actualidad se encuentran los rusos Oleg Artémiev y Serguéi Prokópiev, los estadounidenses Drew Feustel, Ricky Arnold y Serena Auñón-Chancellor, y el alemán Alexander Gerst.
