Aunque parezca casi imposible de creer, esta imagen de Neptuno no ha sido hecha con ninguna nave enviada al planeta, sino con un telescopio terrestre: el MUSE (Multi Spectroscopic Explorer) en el VLT (Very Large Telescope) en Chile, que recientemente ha sido modificado con una nueva forma de ver el espacio: la tomografía láser.
Neptuno, a una distancia promedio de 4.500 millones de kilómetros de la Tierra, es bastante difícil de observar. Nuestras mejores vistas provienen de la nave epacial Voyager 2, que voló en 1989, seguida por el Telescopio Espacial Hubble, que puede obtener imágenes decentes desde la órbita terrestre.
Pero de acuerdo con el Observatorio Europeo Austral (ESO), que controla el VLT, estas nuevas imágenes de MUSE superan a las del Hubble; y dicen que la técnica realizada para tomar esta fotografía podría usarse para muchas otras cosas.
“Permitirá a los astrónomos estudiar objetos tales como agujeros negros supermasivos en los centros de galaxias distantes, chorros de estrellas jóvenes, cúmulos globulares, supernovas, planetas y sus satélites en el Sistema Solar y más allá”, afirman los expertos.
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La imagen ha sido posible utilizando una óptica adaptativa; a medida que la luz atraviesa nuestra atmósfera se dispersa, hecho que explica por qué las estrellas brillan cuando las miramos por la noche. Para evitar esto, el VLT, que consta de cuatro telescopios en el desierto de Atacama, dispara cuatro rayos láser hacia el cielo. Luego observa cuán borrosos son estos láseres para calcular el “nivel de borrosidad”, por decirlo de alguna manera, en varias altitudes.
Después se utiliza un algoritmo, como parte de un unidad de óptica adaptativa llamada GALACSI, para producir la imagen final. Esto puede ser utilizado tanto en una imagen súper refinada de un objeto, como puede ser un planeta, o una imagen de un trozo más grande del cielo pero menos nítido.