Esto ocurre dentro del cerebro de las personas transgénero

diversidad sexual

Cuando se habla de diversidad sexual, es común que se presente el debate entre si las personas nacen así o si se trata de una decisión propia (o algo reversible). Gracias a una nueva investigación la ciencia señala que ser trans se basa en la biología misma de los humanos, y no tiene nada que ver con modas ni elecciones personales.

Las personas transgénero son quienes no se identifican con la identidad sexual que les fue asignada al nacer con base en sus genitales. Un estudio de la Universidad de Liège investigó la estructura y funcionamiento químico de los cerebros de este grupo de personas para conocer la naturaleza de este fenómeno.

Se analizaron los cerebros de personas transgénero y cisgénero (quienes sí se identifican con el género que se les asignó al nacer) para contrastarlos. Las imágenes obtenidas con resonancias magnéticas demostraron que los cerebros de los individuos trans funcionan y responden de manera más similar al género con el cual se identifican, y no al que sus genitales dictan.

A los sujetos de investigación se les administró androstadienona, una hormona que reacciona de de manera diferente en hombres y mujeres. Bajo sus efectos, los cerebros de las mujeres trans se comportaron de manera más parecida al de las mujeres cis, y viceversa. Lo mismo sucedió con los volúmenes de materia gris: quienes se perciben como hombres, presentan una cantidad mayor de materia en las mismas secciones cerebrales que quienes se clasifican como hombres desde el nacimiento.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta este estudio es que no existe una sola definición de lo que es masculino o femenino, por lo que cada investigación podría llevarse a cabo con parámetros diferentes. Además de que no considera otros factores, como los sociales o contextuales.

 

A pesar de ello, esta investigación del Centro de Especialización en Disforia de Género no tiene el objetivo de establecer lo que define a cada género, sino ayudar a quienes padecen disforia. Se propone que a través de resonancias magnéticas podría confirmarse quiénes la padecen, para ayudarlos con psicoterapia y tratamientos hormonales que inhiban la pubertad y los ayude a transicionar si así lo desean. Así se evitaría que vivan más tiempo con las emociones negativas que acompañan a la disforia.

De acuerdo con las estadísticas expuestas por Human Rights Campaign Foundation, el 60 % de las personas de la comunidad LGBTTTI+ se ha sentido lo suficientemente triste como para dejar de realizar sus actividades cotidianas. Las personas transgénero tienen un riesgo casi cuatro veces mayor de padecer depresión que los cisgénero. La salud mental y bienestar de ningún humano debe tomarse a la ligera.