Los embriones son muy difíciles de estudiar en las primeras fases de formación debido a su tamaño y a que se encuentran en el interior del vientre materno. Es lo que un equipo del Instituto MERLN de Medicina Regenerativa de la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos, ha denominado “la caja negra del embarazo”.
Pues bien, ahora esos mismos investigadores acaban de abrir esa caja al crear estructura sintéticas parecidas a los embriones de ratones sin necesidad de óvulos ni de esperma. Para lograrlo, mezclaron de dos tipos de células madre y las unieron al revestimiento del útero de hembras vivas, donde crecieron durante varios días.
El objetivo de este estudio es poder crear un modelo que sea éticamente más aceptable (ya que las investigaciones con embriones auténticos están rodeadas de polémica), para estudiar y tratar de comprender mejor por qué algunos embriones no se implantan y se producen abortos en la fase temprana del embarazo.
Aunque de momento no hay planes para desarrollar el mismo experimento con células madre humanas.
Posibles aplicaciones
Según declaraciones del Dr. Nicolas Rivron, líder del grupo de investigación, a la BBC: "Ahora podemos generar cantidades extremadamente grandes de estos embriones y estudiarlos en detalle. Esto podría ayudarnos a comprender por qué algunos embriones no se implantan y nos permite detectar medicamentos que podrían ayudar con la fertilidad".
Estos modelos de embrión artificial, una vez trasplantados al útero del animal, desencadenaron reacciones similares a las que ocurren en el momento de implantación en la pared uterina. Sin embargo, más allá de las evidentes similitudes fisiológicas con los embriones reales, estos modelos artificiales no fueron capaces de desarrollarse y alcanzar una fase de maduración una vez implantados.