¿Engordaste por dejar de fumar? Se debe a esto y no lo imaginabas

aumento de peso

Un dudoso argumento utilizado por muchos que se niegan a dejar de fumar: el aumento de peso.

Es uno de los efectos más conocidos y desafortunados de una acción que por sí misma implica suspender una actividad sumamente perjudicial para la salud y se caracteriza, obviamente, por una serie de beneficios innegables y sostenidos.

Ciertamente es común engordar al dejar de fumar, pero de ningún modo es esto una razón para desalentar el abandono del cigarrillo: el aumento de peso es una consecuencia generalmente pasajera, en los primeros meses, fácilmente controlable, y en algunos casos incluso evitable.

Un precio muy bajo a pagar por el abandono de una peligrosa adicción.

Adiós cigarrillo, hola comida

Es ya conocida la noción de que uno engorda al dejar de fumar porque sustituye el cigarrillo con comida, especialmente para calmar la ansiedad. Y algo de eso hay.

Pero además la nicotina es una droga supresora del apetito y estimulante, que puede acelerar tu metabolismo.

 

De modo que al dejar de fumar tu metabolismo y tu apetito vuelven a la normalidad, una combinación que te lleva a comer más y también a quemar menos calorías.

Por otra parte, el abandono del cigarrillo va asociada a una mejora en el sentido del gusto y del olfato, lo que ciertamente invita a comer más.

Los estudios que se han realizado al respecto demostraron que, en promedio, ganar peso es lo más común entre las personas que dejan de fumar, pero generalmente eso ocurre de manera creciente durante los primeros tres meses de abstinencia del cigarrillo, y después, aunque se sigue aumentado, se hace gradualmente en menor proporción, hasta cerca de un año después de haber dejado de fumar.

En términos generales, algunas personas llegan a aumentar hasta 5 kgs. en el período de un año después de dejar de fumar.

Pero no son números absolutos. En algunos casos, exfumadores pueden llegar a perder peso, o aumentar menos de un kilo.

Si vas a dejar de fumar, es aconsejable acompañar la acción con ejercicio físico, comidas saludables y bocadillos razonables entre comidas, como frutas, jugos o yogures.