Las hormigas explosivas del sudeste asiático no tienen ese nombre por casualidad. Cuando se ven seriamente amenazadas por insectos más fuertes o de mayor tamaño tienen un sorprendente mecanismo de defensa: se lanzan sobre ellos y hacen explotar su abdomen.
No se trata de que la hormiga explote en una bola de fuego como si la dirigiera Michael Bay. Lo que hace es contraer los músculos de su abdomen de manera tan violenta que destroza la pared abdominal y vierte el líquido contenido en unas glándulas que recorren todo su cuerpo. Dependiendo de la especie, ese líquido se derrama desde el propio abdomen o de forma violenta por la parte posterior de la cabeza, destaco Gizmodo.
Si la idea de una hormiga saltando sobre ti y derramando sus vísceras de manera explosiva sobre tu cuerpo no te parece lo bastante aterradora, resulta que la sustancia que sale de esas glándulas tiene tres cualidades muy desagradables. Para empezar es extremadamente pegajosa. Normalmente esto significa que el cadáver de la hormiga queda pegado al insecto atacante y entorpece sus movimientos. Además, es tóxico y corrosivo hasta cierto punto. El infortunado insecto (normalmente arañas u hormigas de otras especies) que sufre este asalto normalmente solo puede debatirse mientras el doloroso veneno de la hormiga se va filtrando en su organismo.
Este mecanismo de defensa tan extremo se conoce como autothysis o suicidio altruista (en beneficio de la comunidad) y no es exclusivo de estas hormigas. Algunas especies de termitas también lo practican como último recurso. El caso es que se conocen varias especies de hormigas que practican la autothysis, pero ninguna de ellas es posterior a 1923.
Un equipo de investigadores coordinado por el Museo de Historia Natural de Viena ha visitado las selvas de Borneo, Tailandia y Malasia en un esfuerzo por categorizar las especies de hormiga explosiva. Sus resultados acaba de publicarse en la revista ZooKeys. No solo han descrito de manera pormenorizada 15 especies de estos insectos, sino que una de ellas, la Colobopsis explodens, es completamente nueva.
El líquido defensivo de esta especie es de un color amarillo brillante, y sus miembros son particularmente propensos a explotar cuando se les amenaza. A veces bastaba para que los investigadores se acercaran para activar el mecanismo de defensa. Por fortuna, aunque es letal para otros insectos, el veneno de las hormigas explosivas solo es irritante para el ser humano.
Otro de los descubrimientos del equipo es una casta específica de guerreros de esta especie cuya función es bloquear las entradas al hormiguero ante posibles atacantes. Para ello emplean su cabeza, que tiene literalmente forma de tapón y casi parece el diseño de una criatura de ciencia-ficción. El estudio sienta las bases sobre nuevas investigaciones que se puedan realizar sobre esta especie en campos tan diferentes como la química o la anatomía.