La mayoría de personas siempre tienen la curiosidad de como es el proceso del viaje de los espermatozoides, la velocidad en realidad que dilatan para entrar en el óvulo y realizar la fecundación.
Se puede ver como una especie de carrera con millones de participantes en la que el más rápido se alza como ganador al llegar al óvulo y su premio es, con suerte, convertirse luego en un individuo.
Aunque no es así exactamente como funciona, esta narrativa sobre el viaje del espermatozoide conduce a otras preguntas relevantes.
Espermatozoides nadan hasta el óvulo
Seguramente has escuchado esa conocida parábola inspiracional que dice que te veas a ti mismo como un ganador, dado que de hecho así es como empezaste, siendo el espermatozoide más veloz.
Lo que ocurre en realidad es que el espermatozoide más veloz raramente será el que termine por fertilizar el óvulo, dado que las paredes del óvulo resultan demasiado espesas para que un solo espermatozoide la penetre.
De modo que este primero en llegar comenzará a intentar penetrar el óvulo, junto con otros espermatozoides que llegan después, hasta allanar el camino para uno más tardío que sí logra ingresar al óvulo y tener la posibilidad de llevar a cabo la fecundación.
La velocidad del espermatozoide
Los espermatozoides poseen una velocidad de entre 1 y 4 milímetros por minuto, con la que se mueven a través del canal vaginal hacia el cuello uterino.
De los millones de espermatozoides que se liberan durante la eyaculación (entre 60 y 300 millones dependiendo de la duración de la abstinencia previa), muchos mueren en el camino. Los que no, se verán enfrentados a una encrucijada: unos se mueven hacia una de las trompas de falopio y los demás hacia la otra, aunque solamente una de ellas tendrá un óvulo fértil.
Los espermatozoides más veloces pueden llegar al óvulo en aproximadamente 45 minutos. Una vez que lo han alcanzado, competirán entre sí para intentar penetrarlo.
Una vez que un espermatozoide logró ingresar y fecundó el óvulo con éxito, dando inicio a la concepción, el cuerpo de la mujer pone en marcha una serie de mecanismos (espesar el moco cervical, endurecer la superficie externa) para evitar que nuevos espermatozoides lleguen al óvulo.
La supervivencia de los espermatozoides dentro del cuerpo de la mujer puede alcanzar hasta siete días, de modo que si no ocurre la fecundación poco después de la relación sexual, todavía puede haber concepción en el lapso de una semana si ocurre una ovulación.