Hallan un «asesino» de los océanos que jamás había sido detectado

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.) han descubierto y estudiado un "habitante" marino que nunca había sido detectado durante las muestras de agua. Se trata de un nuevo tipo de virus capaz de infectar decenas de diferentes tipos de bacterias, a menudo de diferentes especies, mientras que otros virus típicos 'devoran' solo uno o dos tipos de bacterias.

El estudio sobre el nuevo 'asesino' marino ha sido publicado en la revista Nature. Este virus carece de una 'cola' típica presente en otros virus y que sirve para su detección. Su genoma es muy corto y a diferencia de los virus con 'cola', que suelen contar con entre 40.000 y 50.000 bases, tiene alrededor de 10.000 bases.

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Ha sido bautizado 'Autolykiviridae', en nombre del personaje de la mitología griega llamado Autólico, que fue difícil de capturar. Los investigadores sostienen que los 'Autolykiviridae' podrían ser fundamentales para el entendimiento de la evolución de los virus y desempeñan un papel determinante en la regulación de las poblaciones de bacterias en los océanos.

"Los virus sin 'cola' desempeñan un importante papel en la ecología del océano, siendo responsables de una fracción sustancial del asesinato de las bacterias", señaló Eugene Koonin, investigador de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) no involucrado en el reciente estudio.

Koonin sostiene que el hallazgo demuestra que la cantidad de virus sin cola es comparable a la de los que sí tienen y, según estimaciones de la comunidad científica, predominan en el océano.

En contexto 

Por otro lado, un grupo de científicos halló una pequeña población de peces que "caminan" por el lecho marino frente a las costas de la isla de Tasmania, en el sur de Australia, informaron hoy fuentes académicas.

El pez de manos rojas o Thymichthys politus se encuentra solo en el sudeste de Tasmania y hasta la semana pasada solo se había identificado una población de unos 20 a 40 ejemplares en la bahía Frederick Henry, según un comunicado de la Universidad de Tasmania.