Washington, 14 dic (EFE).- El descubrimiento, gracias a la inteligencia artificial, de un octavo planeta del sistema solar Kepler-90, ha permitido constatar que este es el más parecido al de la Tierra, tanto por número de planetas como por agruparse a una distancia similar a los que orbitan el Sol, informó hoy la NASA.
El descubrimiento se ha llevado a cabo gracias a la tecnología de la agencia espacial estadounidense y su telescopio Kepler, junto a inteligencia artificial proporcionada en colaboración con el gigante tecnológico Google.
El hallazgo se ha producido de la mano de los investigadores Christopher Shallue y Andrew Vanderburg, quienes entrenaron a un ordenador con inteligencia artificial para aprender cómo identificar exoplanetas en las lecturas de luz registradas por Kepler: un minúsculo cambio en el brillo capturado cuando un planeta pasaba o transitaba frente a una estrella.
Inspirada por la forma en que las neuronas se conectan en el cerebro humano, esta "red neuronal" artificial identificó a través de los datos de Kepler las señales de tránsito débiles de un octavo planeta que orbita alrededor de Kepler-90, en la constelación de Draco.
Cerca de un 30 por ciento más grande que la Tierra, el Kepler–90i, como se ha denominado a este octavo planeta, está tan cerca de su estrella que su temperatura superficial promedio se cree que excede los 425 grados centígrados, similar a Mercurio.
El planeta más externo del sistema es el denominado Kepler–90h, el cual orbita a una distancia de su estrella parecida a la que separa a la Tierra del Sol.
"El sistema de estrella Kepler–90 es como una mini versión de nuestro sistema solar. Tienes planetas pequeños adentro y grandes planetas afuera, pero todo está agrupado mucho más cerca ", dijo Vanderburg, posdoctorado de la prestigiosa beca Sagan de la NASA y astrónomo de la Universidad de Texas en Austin.
Shallue, un ingeniero de software que trabaja con el equipo de investigación de Google Artificial Intelligence, tuvo la idea de aplicar una red neuronal a los datos de Kepler.
Se interesó en el descubrimiento de exoplanetas después de descubrir que la Astronomía, al igual que otras ramas de la ciencia, se está inundando rápidamente de datos a medida que avanza la tecnología para la recolección de los mismos desde el espacio.
"En mi tiempo libre, comencé a buscar en Google 'encontrar exoplanetas con grandes conjuntos de datos' y descubrí la misión Kepler y el enorme conjunto de datos disponibles", señaló Shallue.
Por su parte, el director de la División de Astrofísica de la NASA, Paul Hertz, se congratuló del trabajo colaborativo con el gigante tecnológico.
"Tal como esperábamos, hay descubrimientos emocionantes acechando en nuestros datos archivados de Kepler, esperando la herramienta o la tecnología adecuada para desenterrarlos", indicó.
"Este hallazgo muestra que nuestros datos serán un tesoro disponible para los investigadores innovadores en los próximos años", agregó.
Los datos recopilados por Kepler en cuatro años suman 35.000 posibles señales planetarias, de las cuales, las más débiles a menudo se pierden, por lo que Shallue y Vanderburg pensaron que podría haber descubrimientos de exoplanetas que se estaban pasando por alto.
"Obtuvimos muchos falsos positivos de planetas, pero también planetas potencialmente más reales", apuntó Vanderburg.
"Es como buscar entre las piedras para encontrar joyas. Si tienes un tamiz más fino, puede que encuentres más rocas, pero también puedes encontrar más piedras preciosas", agregó.
Kepler–90i no fue el único hallazgo de esta combinación tecnológica de NASA y Google, ya que también descubrieron, en el sistema Kepler–80, un sexto planeta.
Este, el Kepler–80g, del tamaño de la Tierra, y cuatro de sus planetas vecinos, forman lo que se llama una cadena resonante, donde los planetas se bloquean por su gravedad mutua en una danza orbital rítmica.
La NASA lanzó el telescopio Kepler en 2009 para encontrar otros mundos fuera del sistema solar, y desde entonces ha hallado más de 2.000 exoplanetas confirmados.