Paleontólogos de la Universidad de Edimburgo han identificado una nueva especie de reptiles prehistóricos, informa el sitio del instituto educativo. El descubrimiento se produjo al analizar un fósil que se encontraba en el Museo de Historia Natural de Londres desde 1875. El reptil fue bautizado como Ieldraan melkshamensis y apodado 'el monstruo de Melksham'.
El animal existió hace 163 millones de años, medía 10 pies de largo (alrededor de 3 metros) y habitaba mares calientes y poco profundos en lo que hoy es territorio europeo. Tenía grandes mandíbulas y dientes aserrados, por lo cual los científicos han concluido que cazaba presas de gran tamaño, como calamares prehistóricos.
Estudio dice que meteoritos y lagunas de agua fueron el origen de la vida
El hallazgo ha permitido a los expertos revelar que la subfamilia de los Geosaurini —grupo extinto de cocodrilos prehistóricos al que pertenecía este animal— evolucionó millones de años antes de lo que pensaban los científicos.
A newly identified prehistoric marine predator has shed light on the origins of the distant relatives of crocodiles https://t.co/sYihcQykdd pic.twitter.com/ATlBKIcvqt
— Edinburgh University (@EdinburghUni) October 3, 2017
En contexto
Encuentran en Canadá las huellas más antiguas de vida en la Tierra
Los primeros pasos que expliquen y demuestren los inicios de la existencia de los seres humanos continúan siendo fundamentales para los científicos. En todo el mundo, los investigadores dedican gran parte de su tiempo y presupuesto a encontrar respuestas; aquellas que permitan conocer con minuciosidad los hechos ocurridos hace miles de millones de años.
En base a esto, es posible que la vida rudimentaria se hubiera abierto paso en la Tierra hace 3.950 millones de años, un momento en que el planeta estaba siendo bombardeado por cometas y apenas tenía oxígeno. En ese infernal escenario, cuando la atmósfera ejercía una presión hasta 100 veces más que la actual, existían seres vivos.
La conclusión fue formulada por un equipo de científicos liderado por la Universidad de Tokio (Japón), que ha analizado unas vetustas acumulaciones de grafito encontradas en rocas de Labrador, al este de Canadá, de hace casi 4 mil millones de años y cuya explicación no es otra que haber sido producidas por seres vivos.
Los resultados, publicados en la revista Nature, representarían la evidencia fósil más antigua de la vida en la Tierra. Anteriormente, se habían anunciado las primeras huellas más antiguas de vida en una región de Quebec, con una antigüedad estimada entre 3.800 millones y 4.300 millones de años de edad, por parte de otro equipo de investigadores, aunque el autor de este novedoso estudio denominó ese proceso de datación "muy controvertido".
Hace casi 4.000 millones de años ya existían seres vivos, según la investigación. Ahora, el descubrimiento de grafito de origen biológico es, mediante las propias palabras de Tsuyoshi Komiya, líder del presente trabajo, la evidencia de vida más antigua que, además de confirmar la existencia de microorganismos hace 3.950 millones de años, ofrece pistas sobre qué tipo de seres podían ser.