La biotecnología como mayor amenaza para la humanidad. Así lo cree el jefe de los servicios médicos del fabricante de circuitos integrados Intel, John Sotos, como queda reflejado en un estudio suyo publicado en el portal web arXiv.org. A su juicio, nuestra especie podría extinguirse por culpa de esta disciplina científica dentro de solo mil años.
Según Sotos, a diferencia de la tecnología de creación de armas nucleares, en los últimos años cada vez más países y personas tienen acceso a la ingeniería genética. El científico cree que esta tendencia implica un aumento del uso letal deliberado o accidental de productos biotecnológicos.
El modelo propuesto por Sotos también explica la paradoja de Fermi, que se hace una pregunta: ¿si hay tantas civilizaciones extraterrestres, por qué la humanidad todavía no ha hallado rastro alguno de las mismas? Según las conclusiones del responsable sanitario de Intel, en la Vía Láctea no hay vida inteligente extraterrestre debido a que cualquier ser racional fuera del sistema solar probablemente se destruyera a sí mismo.
Sotos llegó a estas conclusiones tras modificar la ecuación de Drake (que permite calcular el número de civilizaciones que existen en la Vía Láctea) al introducir en ella el factor responsable de la autodestrucción de la vida inteligente a través de la biotecnología, así lo informa el portal web RT.
En contexto
Por otro lado, el próximo 21 de octubre será el fin del mundo, según David Meade, escritor estadounidense aficionado a la astronomía y la numerología bíblica, publica 'The Sun'. Sin embargo, de acuerdo al autor, no se tratará de algo fulminante: a partir de esa fecha la Tierra iniciará un recorrido de siete años de destrucción, llenos de desastres naturales.
Sin embargo, el estadounidense ya falló en un pronóstico similar recientemente: había profetizado que el 23 de septiembre sería el apocalipsis.