Londres, 6 sep (EFE).- Las intensas auroras de Júpiter se comportan de manera diferente a las polares de la Tierra, según un estudio que publica hoy Nature y basado en lo datos aportados por la sonda Juno.
Esta investigación, encabezada por la Universidad Johns Hopkins de Maryland (Estados Unidos), ha avanzado a partir de los datos aportados por la sonda Juno de la NASA, que llegó a la órbita del mayor planeta del sistema solar en julio de 2016.
Las potentes emisiones de las auroras de Júpiter son mucho más intensas que las de la Tierra y, hasta la fecha, los científicos creían que eran generadas por procesos similares a los observados en nuestro planeta.
No obstante, la información ofrecida por la sonda Juno sugiere ahora que los expertos podrían estar equivocados.
Las auroras de la Tierra, australes si se localizan en el hemisferio sur y boreales en el hemisferio norte, están provocadas por la interacción del campo magnético del planeta con los vientos solares en su entrada en la atmósfera.
"Las emisiones más intensas de auroras en la regiones polares de la Tierra se generaran por un proceso, denominado 'discreto', que implica la aceleración coherente de electrones", explican los autores de este nuevo estudio.
Por otra parte, las "menos intensas" están "generalmente causadas por la dispersión de ondas de electrones "atrapados magnéticamente", agregan."La principal aurora de Júpiter, relativamente estable, tiene una densidad de energía mucho mayor que la de la Tierra y se ha dado por hecho que debe de estar generada principalmente por el proceso auroral discreto", recuerdan los investigadores.
Sin embargo, precisan, las primeras observaciones "tomadas sobre el terreno" por la sonda Juno en las regiones de Júpiter con emisiones de auroras "no han aportado pruebas" sobre la existencia de ese proceso.
La misión de la NASA sí ha detectado la existencia de fenómenos de aceleración de electrones, pero estos mecanismos parece que no tienen capacidad para provocar las emisiones intensas de auroras.
Por contra, sostienen que las auroras de Júpiter podrían estar generadas por procesos similares a los que intervienen en la formación de las auroras menos intensas de la Tierra.