Mientras estamos asistiendo a una aburrida reunión de trabajo o estamos al teléfono con alguien que, más que conversar con nosotros nos está soltando un monólogo, a veces tendemos a garabatear distraídamente en un papel. Gran parte del tiempo que un alumno pasa en clase atendiendo a las clases se centra básicamente en esa actividad.
A pesar de todo, parece que garabatear nos hace felices y resulta necesario.
Cosas hechas a mano
Según un estudio realizado en la Universidad de Drexel (Filadelfia), esta ocupación fundamentalmente ociosa genera sensaciones placenteras. Para llegar a esta conclusión, se examinó la actividad neuronal de veintiséis voluntarios mientras garabateaban, dibujaban o coloreaban empleando para ello una técnica llamada espectroscopia funcional del infrarrojo cercano.
Concretamente, hicieron tres cosas diferentes, aunque muy similares entre sí: coloreaban patrones geométricos, garabateaban en un trozo de papel marcado con un un círculo y dibujaban lo que les apeteciese.
Las tres actividades, a la luz del análisis, aumentan el flujo sanguíneo en la corteza prefrontal, una región del cerebro asociada a la recompensa y el control de emociones. Además de ello, los efectos eran ligeramente superiores cuando los invididuos no seguían pautas definidas sobre el papel.
Había pequeñas diferencias entre cada tipo de actividad, el garabatear causaba el mayor incremento del flujo sanguíneo y el colorear el menor, pero estadísticamente no era significativo.
Así pues, a juzgar por estos resultados, dibujar un poco sin sentido, sin concentrarnos en el hecho de dibujar, reduce el estrés y aumenta el bienestar psicológico. Además, las encuestas que los participantes hicieron antes y después de las actividades, demostraron que se sentían más creativos después; creían que tenían mejores ideas y podían solucionar los problemas más fácilmente. Según explica Girija Kaimal, de la Universidad de Drexel:
Según Xataka Ciencia, hay diferentes implicaciones en los hallazgos de este estudio […] Indican un potencial inherente para evocar emociones positivas a través del desarrollo del arte y, epecialmente, del garabatear. Garabatear es algo con lo que todos tenemos experiencia, libre de aptitudes y una actividad libre de juicio.