En 1962, Lou Tomososki fue testigo de un eclipse parcial mientras caminaba desde la escuela a casa con un amigo. Un profesor de ciencias les había hablado sobre el espectáculo ese mismo día, pero cuando los dos se detuvieron para observar el eclipse, no estaban preparados para lo que iban a experimentar a continuación.
Su profesor les había dicho que usaran un artilugio apropiado para contemplar aquel fenómeno, pero no le hicieron caso. El daño ocular fue permanente.
Precauciones
El eclipse solar total solo se podrá ver desde los Estados Unidos el 21 de agosto, cuando la sombra de la Luna provocará que se haga totalmente de noche durante unos minutos. No obstante, si no podemos viajar hasta allí, en el resto del continente americano, incluso en parte de América del Sur, Europa y África, se podrá ver un eclipse parcial: la Luna ocultará una fracción del Sol.
Cuando Tomosoki miró el eclipse sin protección solar, empezó a experimentar lo que describió como destellos, similar a lo que se ven cuando tomas una fotografía. Su ojo derecho quedó dañado.Tomososki aprendió que su retina había sido quemada en los pocos segundos de observación del eclipse, condenándole a un punto ciego permanente que no ha mejorado desde entonces.
Dicho lo cual, si queremos disfrutar del eclipse de mañana, tenemos que ser precavidos. Por ejemplo, evitar la estafa de las "gafas de sol del eclipse solar", que han sido una plaga de Internet. Porque si hay algo que podamos aprender de Tomososki, es que unos pocos minutos increíbles no valen la pena si el tributo a pagar es un deterioro de la visión permanente, así lo informa el portal web Xataka Ciencia.