Predecir el rendimiento cognitivo a partir de las heces. Entre estos dos elementos aparentemente tan peregrinos hay un nexo de unión que puede que te sea familiar: el microbioma. Ahora, por primera vez, investigadores han encontrado una relación entre el tipo de bacterias que habitan el intestino de bebés de un año con su rendimiento cognitivo un doce meses después.
Para ello, investigadores de la Universidad de Carolina recogieron muestras fecales de 89 bebés de un año. Tras analizarlas, pudieron dividir los resultados en tres grupos según la taxonomía dominante. Así, hubo un grupo con predominio de Bacteroides genus, otro con altos niveles de Faecalibacterium genus y en el último abundaba la familia Ruminococcacaea.
Un año después, los niños se sometieron a la escala de Mullen, un test para medir la competencia cognitiva. Y se descubrió que los pequeños que tenían un tipo concreto de microbioma puntuaban más alto en este test. En concreto, aquellos con predominio del género Bacterioides
Hasta aquí llegan los datos experimentales. Respecto a si hay algún nexo de causa-efecto entre el tipo de microbioma y la habilidad cognitiva, los investigadores no pueden afirmar nada con seguridad. Detrás de esto podría hallarse algún mecanismo no descrito que influyera en la capacidad cogntiva o, por el contrario, podría tener que ver con factores externos que influyan en la inteligencia y en el microbioma. Por ejemplo, los niños con mayor rendimiento cognitivo podrían provenir de familias con mayor nivel socioeconómico y la alimentación y el ambiente aparejado a esa circunstancia podría influir en la flora bacteriana intestinal. Sea como fuere, el hallazgo invita a investigar más sobre la cuestión para aclarar las zonas de sombra sobre el tema.