Washington, 19 jun (EFE).- Las patrullas de chimpancés aumentan el tamaño del grupo y determinan el éxito en la competencia contra otros grupos a pesar de los riesgos de agresión, según un estudio publicado hoy en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.
La investigación, realizada en la Universidad Arizona State y dirigida por el profesor de evolución y cambio social de la institución Kevin Langergraber, examinó dos décadas de datos sobre la participación en patrullas en la comunidad de 200 chimpancés de la comunidad Ngogo en el parque Nacional de Kibale en Uganda.
A largo plazo, el patrullaje alrededor de los límites territoriales del primate más cercano al ser humano crea una cooperación en grupo ya que pueden conseguir un mejor y mayor resultado que con esfuerzos individuales.
Las patrullas tienen lugar cuando varios individuos, normalmente varones, viajan a las periferias del territorio del grupo e incluso a veces a las de grupos vecinos.
Durante estas incursiones, el grupo vigila y si se encuentran con miembros de uno rival, se producen ataques en los que incluso se producen muertes.
A diferencia de otros animales, los chimpancés machos parecen buscar deliberadamente a sus vecinos mientras patrullan, lo que les puede generar un peligro y ganancias inciertas.
Sin embargo, las autores apuntaron que las patrullas benefician a todo el grupo al aumentar el tamaño del territorio y el suministro de alimentos, aunque los individuos también pueden evadir esta responsabilidad ya que los que no son de ayuda no son castigados.
"Los seres humanos tienen medios que van desde el chisme hasta el castigo drástico para ayudar a la cooperación en entornos de grupo. La incógnita había sido explicar la cooperación en las sociedades animales, donde no participar parecería una opción atractiva", asegura Langergraber.
Aunque patrullar es peligroso, consume sus energías y les quita tiempo para comer o para interactuar con las hembras, los machos que participan en ellas tienen un rango más alto y están en mejor condición física.
Además, los machos que patrullaban sin tener descendencia, luego eran más propensos a tenerla.
El grupo amplió el tamaño de su territorio en un 22 % en la última década tras matar a trece individuos de un grupo vecino, y estas victorias beneficiaron su suministro de alimentos y una mayor esperanza de vida.