Ahora mismo, en la Reserva del Valle de Mamoní,en Panamá, hay unos 90 sapos Limosa (Atelopus limosus) que por primera vez se internan en un hábitat salvaje. Criados por científicos del Instituto Smithsonian y el Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá, el objetivo es determinar los factores que influyen no sólo en si estos anfibios sobrevivirán a la transición del cuidado humano al salvaje, sino si se reproducirán.
“Sólo comprendiendo las pruebas a las que se enfrentan estos anfibios en su transición – explica Brian Gratwicke, coordinador del proyecto en un comunicado – obtendremos la información que necesitamos para desarrollar e implementar programas exitosos de reintroducción. Aunque no estamos seguros si alguno lo conseguirá, el conocimiento adquirido nos permitirá, en el futuro, inclinar la balanza en favor de su supervivencia”.
La reintroducción se realizó de dos modos diferentes. Por un lado se recurrió a la liberación en etapas, que consistía en ubicar en jaulas transparentes a treinta ejemplares, durante un mes, en una zona de la reserva para luego dejarlos libres. El propósito era que se acostumbraran lentamente al entorno. Al resto se las liberó directamente. Ocho animales de cada grupo llevaban un transmisor en miniatura que dará al equipo de Gratwicke la oportunidad de ver las diferencias en la supervivencia en ambos grupos. Los investigadores también recolectaron muestras de bacterias de la piel de las ranas del primer grupo para medir los cambios durante su transición del cautiverio a la naturaleza.
Todos los sapos Limosa liberados cuentan con pequeñas etiquetas numeradas insertadas debajo de su piel para que los investigadores puedan distinguirlos. El equipo científico también insertó una marca en sus extremidades que brilla bajo la luz ultravioleta, con el objetivo de distinguir los especímenes del ensayo de aquellos salvajes.
El estudio pretende descubrir si una liberación en etapas aumenta la capacidad de supervivencia de los animales.