Existen 15 especies de ballenas barbadas (conocidas científicamente como misticetos o Mysticeti) en nuestro planeta, y todas ellas son enormes. La ballena azul, por ejemplo, es el animal más grande que existe, con 120 toneladas y 24 metros de largo. Sin embargo, no siempre fue así.
Un estudio recién publicado en Proceedings of the Royal Society B ha estudiado la evolución de estos gigantes durante los últimos 30 millones de años. ¿El resultado? Las ballenas no siempre fueron tan grandes. Es más, sus subespecies ni siquiera crecieron poco a poco hasta alcanzar ese tamaño. Los misticetos comenzaron a desarrollar gigantismo hace solo unos pocos millones de años. Eso lleva inmediatamente a una pregunta: ¿Qué ocurrió para que crecieran tanto? El biólogo Graham Slater, uno de los autores del estudio, explica:
Nuestros análisis revelan que la idea de que simplemente crecieron con el paso del tiempo no se sostiene. La única explicación al hecho de que las ballenas actuales sean tan grandes hoy es que tuvo que pasar algo en el pasado reciente. Las condiciones cambiaron de manera que tener un tamaño enorme se convirtió en una ventaja evolutiva.
Slater y sus colegas han estudiado los cráneos fósiles de 63 ballenas extintas y han llegado a la conclusión de que ese cambio sucedió muy probablemente hace alrededor de 5 millones de años, y el causante fue una glaciación de la que existen registros geológicos.
La hipótesis es que la era glacial empujó una increíble cantidad de krill (los pequeños crustáceos marinos de los que las ballenas se alimentan) hacia latitudes más australes, literalmente llenando el mar de alimento para las ballenas. Mientras el resto de especies en Tierra se enfrentaban a dificultades para conseguir comida, las ballenas vivieron una autentica edad de oro en la que ser más grande garantizaba poder comer más. Con el paso de miles de años, la selección natural favoreció a los ejemplares más grandes y las especies de ballenas se convirtieron en los gigantes que conocemos hoy.