A veces parece que solo existe la NASA, la ESA y la rusa Roscosmos, pero hay unos cuantos países más haciendo cosas interesantes en el espacio. Uno de esos países es China, que acaba de lanzar con éxito su primera nave de carga al estilo de la Progress rusa o la Dragón de SpaceX.
La nave en cuestión es la Tianzhou-1 (Nave Celestial 1). Se trata de un vehículo de 13.000 kilos con capacidad para 6.500 kilos de carga (incluyendo en esta última cifra 2.000 kilos de combustible para sus impulsores). La navemide 3,35 metros de diámetro y nueve de longitud, y ha subido a órbita a bordo de un cohete chino Gran Marcha 7-Y2
Las Tianzhou son vehículos no tripulados autónomos destinados al transporte de carga con destino a la futura Estación Espacial China. La misión de hoy era especialmente importante porque suponía el debut de la cápsula y de su buen funcionamiento depende la construcción del laboratorio chino en órbita. El módulo base de la estación, el Tianhe-1, tiene previsto ponerse en órbita en 2018. Todo el laboratorio se completará en 2022. Su tamaño es una sexta parte del de la ISS.
Según Gizmodo, de momento, y una vez en órbita, la Tianzhou-1 se acoplará al laboratorio Tiangong-2 para reabastecerlo de combustible. La maniobra se realizará tres veces para probar el buen funcionamiento de todos los sistemas. Una vez terminada la misión, la cápsula de carga pasará tres meses más en órbita realizando diferentes pruebas. Después se destruirá al pasar por la atmósfera en su descenso de vuelta a la Tierra.