El director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jan Wörner, dijo hoy que existen más de 750.000 partículas de basura de un centímetro en el espacio.
Wörner alertó en la inauguración de la séptima conferencia sobre basura espacial, que se celebra en el centro de control de operaciones de la ESA en Darmstadt (Alemania), del peligro que suponen estas partículas y otras mayores.
El director general de la ESA explicó que el satélite de observación de la Tierra Sentinel 1A fue lanzado en 2014 y que en 2016 notaron que la producción de electricidad bajaba; cuando miraron los paneles solares, vieron que uno estaba dañado por el impacto de una partícula muy pequeña.
La ESA celebra desde hoy y hasta el 21 de abril esta conferencia en su centro de control de operaciones en la que abordará los daños que causa la basura espacial y las formas de evitarla y retirarla.
La colisión en febrero de 2009 del satélite de comunicaciones estadounidense Iridium 33, lanzado en septiembre de 1997, y el satélite Kosmos 2251 produjo una gran cantidad de basura espacial, recordó Wörner.
Consideró que para hacer frente a la basura espacial "es necesario realizar un seguimiento, evitar las colisiones y retirar" las partículas.
Por ello, el director general de la ESA consideró que se trata de "retos globales, que se deben afrontar a nivel global, con iniciativas comunes en todo el mundo para luchar contra los peligros que tenemos en el espacio".
Wörner hizo hincapié en que ESA está dispuesta a contribuir en asuntos como la basura espacial, la predicción meteorológica y los objetos cercanos a la Tierra.
El director de la Oficina de basura espacial de la ESA, Holger Krag, dijo en la conferencia que en agosto de 2016 descubrieron que se producía un cambio de órbita, de altitud y una pérdida de electricidad permanente al mismo tiempo en el Sentinel 1A, evidencias de que se había producido un impacto a una velocidad muy alta.
La ESA reactivó la cámara a bordo, que se había usado dos años antes para observar el despliegue del panel solar, y vio que había una zona dañada de un diámetro de 40 centímetros por el impacto de una partícula de un centímetro y dos gramos, explicó Krag, que también dijo que, afortunadamente, se pudo continuar con la misión, pero que en otros casos no sería así.
Krag dijo que actualmente hay en el espacio unas 20.000 partículas que se pueden observar -las más pequeñas no son observables- y de este modo evitar colisiones.
El equipo de la basura espacial de la ESA tiene semanalmente una alerta de alto riesgo, lo que da como resultado una o dos maniobras anuales en cada satélite para evitar colisiones.
La ESA observa actualmente unos 18.000 objetos, pero solo el 7 % de ellos son satélites operacionales y la mayoría del resto son fragmentos que proceden de colisiones.
Existen en el espacio 5.000 objetos de más de 1 metro, 25.000 de 10 centímetros y 750.000 de 1 centímetro, según la ESA.
Krag dijo que en la primera conferencia que se celebró sobre basura espacial en 1993 el número de objetos observados era de 8.000, la mitad de ellos partes de cohetes y de satélites y la otra mitad fragmentos procedentes de explosiones.
En 2002, añadió Krag, se pensó que se podía estabilizar el aumento de la cantidad de basura en el espacio pero no ha sido así.