La habilidad de apropiarse y asegurarse la cosecha de cereales y grano determinó la complejidad de las jerarquías sociales durante el Neolítico, según un estudio de la UPF que contradice que la revolución social neolítica se debiese a la productividad.
Según una investigación dirigida por el profesor del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona Luigi Pascali, fueron los cereales los que hace 12.000 años provocaron que en algunas regiones del mundo se desarrollasen complejas jerarquías sociales que condujeron a la creación de ciudades-estado y a las grandes civilizaciones de la antigüedad.
La mayoría de teorías existentes hasta ahora argumentan que los avances sociales fueron el resultado de la productividad de la tierra y del excedente alimentario.
Por el contrario, la investigación conducida por Pascali, propone que el desarrollo fue impulsado por la habilidad de las élites emergentes de apropiarse y asegurarse las cosechas de grano y cereales.
Pascali, junto con Joram Mayshar, de la Universidad Hebrea de Jerusalén; Omer Moav, de la Universidad de Warwick, y Zvika Neeman de la Universidad de Tel Aviv, han plasmado sus hallazgos en un artículo científico titulado "Cereales, apropiabilidad y jerarquía".
Los resultados de la investigación muestran que las regiones más fértiles del mundo no crearon necesariamente sociedades más complejas, y que el factor crucial fue el tipo de comida elegido como cultivo principal: cereales y grano versus raíces y tubérculos.
Mientras raíces y tubérculos son susceptibles a la putrefacción y no se conservan bien por largos períodos de tiempo, las evidencias del estudio indican que "la durabilidad del grano de los cultivos de cereales y su facilidad de almacenamiento los hacía muy adecuados para el transporte y el uso de una élite distante".
"Desde que el grano era recogido en un corto período de tiempo hasta la cosecha siguiente, una visita de un recaudador de impuestos podía confiscar fácilmente parte de la producción almacenada", argumentan los autores.
Por otra parte, el estudio defiende que las cosechas de cereales almacenados, como el trigo y la cebada, eran más vulnerables a ser robadas, lo que generó una demanda de protección: las sociedades que se decantaron por estos cultivos experimentaron una presión extra para proteger sus cosechas, y este hecho promovió la creación de clases de guerreros, así como el desarrollo de jerarquías más complejas y de esquemas de recaudación de impuestos.
Es por ello que el estudio propone que las diferencias regionales en la producción de cereales relacionadas con el cultivo de tubérculos puede explicar las diferencias en la formación de jerarquías y de estados, mientras que la productividad de la tierra por sí misma no lo hace.
Según Pascali, la correlación entre la elección de cultivos y la complejidad y el desarrollo de las instituciones políticas de las sociedades "es clara".