El colapso de las poblaciones de mamuts lanudos fue causado por mutaciones genéticas devastadoras que condujeron a la desaparición de sus últimos individuos aún presentes en una isla del Ártico hace 3.700 años.
Los mamuts eran los grandes herbívoros más extendidos en América del Norte y Siberia para el momento de su extinción en tierras continentales hace cerca de 10.000 años.
Fueron víctimas del calentamiento del planeta tras la última glaciación (-75.000 a -12.000 años) y de la caza por parte de poblaciones humanas, según los autores de un estudio publicado el jueves en la revista científica PLOS Genetics.
Estos investigadores, entre ellos Rebeca Rogers y Montgomery Slatkin de la Universidad de California en Berkeley, compararon el genoma de un mamut continental de hace 45.000 años, cuando sus poblaciones eran abundantes, con el de uno de estos animales que vivía hace 4.300 años en una manada de 300 individuos en la pequeña isla de Wrangel, justo antes de su extinción.
Su análisis reveló que el genoma de uno de estos últimos mamuts había acumulado múltiples mutaciones nefastas. Habían perdido muchos receptores olfativos que les permitían detectar olores y proteínas de la orina, lo que pudo tener un impacto en su estatus en el grupo así como en su reproducción.
La comparación entre estos dos genomas dio a los investigadores una oportunidad única para ver lo que ocurre en el patrimonio genético cuando el tamaño de la población de una especie se reduce fuertemente. Utilizando modelos matemáticos, los dos genetistas pudieron determinar que las diferencias entre los dos genomas de mamuts eran demasiado extremas para ser explicadas por otros factores.
Estos resultados respaldan una teoría en discusión desde hace décadas según la cual una fuerte disminución de la población de una especie implica una multiplicación de mutaciones genéticas dañinas, subrayan los autores. Las conclusiones también pueden ser útiles para ayudar en los esfuerzos de preservación de las especies en peligro de extinción.