La contaminación del aire en las grandes ciudades chinas tiene una influencia tan profunda en sus habitantes que hasta una de las primeras palabras que aprenden los niños tiene relación con ella.
El problema es tan grave que incluso se llevan a cabo proyectos singulares como la siguiente torre, capaz de atrapar el aire contaminado.
La Torre esmog
La "Torre Libre de esmog" de siete metros de altura, respaldada por el Ministerio Chino de Protección del Medio Ambiente, abrió sus puertas en Pekín en septiembre de 2016 y es una creación del inventor holandés Daan Roosegaarde se empeñó en buscar una solución después de visitar Pekín en 2013.
Se trata de un purificador de aire gigante en un espacio abierto. De la misma manera que la electricidad estática puede hacer que los cabellos sueltos se peguen a un peine, las partículas en el aire son aspiradas dentro de la torre, donde reciben una carga positiva.
Así es como funciona: usando tecnología de iones, la torre atrae y absorbe pequeñas partículas de contaminación mediante el envío de pequeños iones positivos en el aire. Una vez dentro de la torre, estas partículas se adhieren a una superficie conectada a tierra, con carga negativa, lo que se llama un contraelectrodo. Según su creador, la torre limpia 30.000 metros cúbicos de aire por hora, o aproximadamente un estadio de fútbol por día.
Según Xataka, las pautas de la OMS establecen que las partículas finas propias de la contaminación no debe superar los 25 microgramos por metro cúbico en un día cualquiera, pero el esmog en Pekín es sistemáticamente 10 veces superior a ese nivel (la ciudad más contaminada de China, Shijiazhuang, tiene una media anual de 305 microgramos por metro cúbico).
La contaminación del aire conlleva a la muerte prematura de 3.000.000 de personas cada año, según un estudio publicado el año pasado en la revista Nature.