Los Padres de San Diego perdieron el complejo de inferioridad frente a los todopoderosos Dodgers de Los Ángeles.
Alentados por una resonante victoria ante los Dodgers, ganadores de 111 juegos en la serie divisional de la Liga Nacional y el gasto desorbitado del dueño Peter Seidler durante el invierno, los Padres apuntan al título de la División Oeste, además de una corona de la Serie Mundial que siempre les ha esquivado.
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Los Padres empezarán la temporada más anticipada de su historia — marcada por una mayoría de fiascos — con una alineación que cuenta Juan Soto, Xander Bogaerts y Manny Machado.
Y desde el 20 de abril, el mánager podrá escribir el nombre de una cuarta súper estrella cuando Fernando Tatis Jr. quede habilitado para jugar tras cumplir una suspensión de 80 partidos tras dar positivo a una sustancia para mejorar el rendimiento.
Aunque cueste creerlo, los Padres tendrán una nómina más alta que los Dodgers; campeones del Oeste de la Liga Nacional en nueve de las últimas 10 campañas. La nómina de San Diego, estimada en 255 millones del dólares, será la tercera más cara de las mayores, por detrás de los Mets y Yanquis de Nueva York.
Los Dodgers, en cambio, fueron espectadores del frenesí de la agencia libre y dejaron partir a baluartes como Cody Bellinger y Justin Turner. También inician la campaña con otras figuras con lesiones.
El vuelco en lo que había sido una rivalidad desigual con el dominio de los Dodgers se produjo en una lluviosa noche de octubre cuando el Petco Park se estremeció con la remontada de los Padres para derrotar 5-3 a Los Ángeles y llevarse la serie divisional en cuatro duelos.