Si el bateador designado vuelve a la Liga Nacional la próxima campaña, esta vez de manera permanente como muchos creen; difícilmente los clubes cubrirán ese puesto con el prototipo de un astro veterano que no juega ya a la defensiva.
Aunque algunos clubes necesitarían hacer un ajuste para cubrir el puesto del bateador designado en la nómina. Muchos otros podrían unirse a la nueva tendencia, en que se recurre a peloteros que pueden ayudar con el madero en jornadas en que reciben descanso de sus funciones habituales en el cuadro, los jardines o la receptoría.
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Desde luego, a algunos gerentes generales les gustaría saber qué ocurrirá más pronto que tarde; en momentos en que comienzan a definir sus planteles para la próxima temporada.
Ante los conflictos laborales, el uso universal del bateador designado será quizás uno de los últimos temas a definir en un nuevo contrato colectivo, como parte de una concesión ente los dueños de los equipos y el sindicato de peloteros durante las negociaciones.
Uno de esos gerentes generales es Alex Anthopoulos, de los Bravos de Atlanta, flamantes campeones de la Serie Mundial.
La incertidumbre del bateador designado
Los Bravos adquirieron en julio a cuatro jardineros, después de que su guardabosque estelar; el venezolano Ronald Acuña, quedó fuera de la campaña por una lesión grave de rodilla. Tres de esos peloteros —Joc Pederson, el boricua Eddie Rosario y el cubano Jorge Soler, Jugador Más Valioso de la Serie Mundial— son agentes libres.
Y la incertidumbre sobre el bateador designado podría incidir en la decisión de los Bravos, sobre conservar o reemplazar a esos jugadores.
Si el bateador designado llega en definitiva a la Liga Nacional —se usó durante la campaña de 2020, abreviada por la pandemia—, los equipos creen que habrá varias formas de cubrir esa posición.