El béisbol de las Grandes Ligas parece encaminado a su temporada más corta desde la década de 1870.
En un amargo tira y afloja por cuestiones económicas, los peloteros tacharon de fútil continuar la negociación con las Grandes Ligas e indicaron que los dueños deberían ordenar de forma unilateral que se inaugure la temporada pospuesta por el coronavirus, lo que podría desatar largos litigios y una nueva guerra laboral en el béisbol.
El paso dado por el sindicato el sábado por la noche podría derivar en una campaña de unos 50 juegos en vez de los 82 propuestos inicialmente por las mayores y los 162 de los que suele constar la temporada regular.
La Asociación de Jugadores de las Grandes Ligas podría responder interponiendo una queja que sería atendida por el juez de arbitraje Mark Irvings, bajo el argumento de que se adeuda una indemnización millonaria a los agremiados.
“Desafortunadamente, parece que un mayor diálogo con la liga sería fútil”, dijo Tony Clark, líder del sindicato, mediante un comunicado. “Es tiempo de volver al trabajo. Dígannos cuándo y dónde”.
La oficina de las Grandes Ligas respondió con un comunicado acusando al sindicato de no negociar de buena fe, y citó un acuerdo de marzo que pedía salarios prorrateados pero no obligaba a los equipos a jugar en estadios vacíos. Los clubes podrían presentar una queja formal alegando que el sindicato no había cumplido el requisito de “buena fe”.
“La posición de la MLBPA de que los jugadores tienen derecho a prácticamente todos los ingresos de una temporada 2020 disputada sin público no es justa para los miles de otros empleados del béisbol a los que nuestra oficina mantiene a nivel financiero durante esta muy difícil temporada 2020”, indicó la oficina del comisionado en un comunicado. “Evaluaremos el rechazo del sindicato de atenerse a los términos del acuerdo de marzo, y tras consultar con los propietarios, decidiremos la mejor forma de llevar el béisbol de vuelta a nuestros fans”.
Mientras que el baloncesto de la NBA, el fútbol de la MLS y el hockey de la NHL alcanzaron acuerdo para volver a jugar en el verano del coronavirus, el béisbol está inmerso en el tipo de enfrentamiento que derivó en ocho paralizaciones entre 1972-95.
También crece la posibilidad de un cierre patronal luego que el actual contrato colectivo expire el 1 de diciembre de 2021.
Los peloteros y las mayores llegaron el 26 de marzo a un acuerdo que contemplaba salarios prorrateados. Ese acuerdo daba al comisionado Rob Manfred el derecho de comenzar la campaña en caso de que no hubiera restricciones a los viajes y que se pudiera jugar con público en parques utilizados normalmente en la temporada regular
Convocaba a negociaciones de “buena fe” en caso de que se jugara en parques vacíos o neutrales.
Los jugadores insistieron en que no podían aceptar recortes salariales adicionales.
Las Grandes Ligas presentaron tres ofertas económicas, la última el viernes, y el sindicato hizo un par. Ambas partes siguen muy distanciadas sobre el monto que deben recibir los peloteros.
Originalmente se preveía que los jugadores percibieran un total de 4.000 millones de dólares en salarios. Las mayores han ofrecido 1.270 millones garantizados y aumentar el total a 1.450 millones si se completa la postemporada.
En tanto, los jugadores quieren 2.250 millones.
“Los peloteros quieren jugar. Somos jugadores y es lo que queremos hacer”, dijo Clark. “Desde marzo, la Asociación ha dejado claro que nuestro objetivo principal es jugar lo más que se pueda de la temporada con la mayor seguridad posible. Los peloteros accedieron a miles de millones de dólares en concesiones monetarias como una forma de llegar a ese fin y, ante la repetidas filtraciones a la prensa e informaciones erróneas, hicimos propuestas adicionales para inyectar nuevos ingresos a la industria —propuestas que hubieran beneficiado a los dueños, jugadores, socios de transmisiones y fanáticos por igual. Ahora, es evidente que estos esfuerzos han encontrado oídos sordos”.
Los dueños deben decidir ahora si siguen adelante con un calendario recortado, quizá de 48 o 50 juegos. Una temporada regular de 50 compromisos, con salarios prorrateados, haría que éstos totalizaran 1.230 millones de dólares.
El sindicato podría reclamar en ese caso unos 1.000 millones más intereses como indemnización. El otorgamiento dependería de que el arbitraje concediera la razón a los peloteros.