El tercera base de los White Sox, Yoán Moncada, pasará estos días de fiestas y la mayoría del mes de enero en su natal Cuba, pero eso no quiere decir que se va a tomar unas vacaciones mientras se prepara para la temporada 2020.
“Este año voy a hacer la mayor parte del trabajo y de mi preparación y puesta en forma aquí en Cuba”, dijo Moncada vía telefónica desde Cuba. “El enfoque siempre ha sido mi cuerpo y mi preparación física. Yo creo que esa es la pequeña diferencia este año”.
“He estado trabajando más en la parte física que en la ofensiva o el fildeo”, siguió Moncada. “De hecho, no he empezado a batear todavía, digo, no a toda máquina. Y tampoco he comenzado a lanzar”.
“Esos son los dos pasos que voy a añadir a mi rutina en las dos próximas semanas, para llegar a tono cuando regrese a Estados Unidos. Ahí es cuando voy a empezar a trabajar a tiempo completo todos los aspectos de mi juego”.
Antes de que Moncada viajara a Cuba, pasó dos semanas trabajando en el complejo primaveral de los White Sox en Glendale, Arizona. El año pasado siguió una rutina similar, entrenando con el manager Rick Rentería y el coach de bateo Todd Steverson, junto a quienes se dedicó a ver videos y a refinar su plan de ataque en el plato. También tomó rodados como parte de su preparación para moverse de la segunda a la tercera base.
Aquel viaje fue una idea que Moncada le presentó a Rentería y Steverson cerca del final de la temporada 2018 después de cerrar su primer año completo en las Mayores con 17 jonrones, 32 dobles, 61 carreras empujadas, .714 de OPS y 217 ponches.
La visita al complejo Camelback Ranch fue la base del gran giro que dio Moncada, quien fue el mejor pelotero de posición de los White Sox en el 2019. Su promedio de bateo de .315 lo colocó de tercero en la Liga Americana, detrás de su compañero Tim Anderson y DJ LeMahieu de los Yankees. También tuvo un OPS de .915 y topes personales en dobles (34), jonrones (25), empujadas (79), anotadas (83), OPS+ (141) y fWAR (5.7). El ambidextro tuvo un OPS de .845 contra lanzadores zurdos, tras dejar apenas .585 el año anterior.
Pero esta temporada muerta ha sido un poco diferente. Su labor en Arizona se centró en el acondicionamiento físico, especialmente en las piernas, para evitar dolencias como la de la corva derecha que lo dejó fuera de acción entre el 30 de julio y el 22 de agosto.
“Básicamente, sólo trabajé la parte física. Esa fue la meta esta vez. Pienso que estuvo bien”, dijo Moncada. “Estaba siguiendo el programa que diseñó el equipo para el invierno, especialmente porque en mi caso eso está diseñado para conseguir más flexibilidad en las piernas debido a todas las lesiones que tenido en las piernas los últimos años”.