El as de los Yanquis de Nueva York Luis Severino espera reanudar un programa de lanzamientos en dos semanas.
Severino se perderá la apertura del primer día de la campaña, el 28 de marzo, debido a una inflamación del hombro derecho. El dominicano no pudo hacer su primera apertura en los entrenamientos de primavera el martes tras sentir molestias durante una sesión en el bullpen antes del partido.
“Va a ser difícil por un rato, pero es mejor que haya sucedido ahora que en medio de la temporada o al final de la campaña”, dijo Severino el miércoles. “Pienso que es algo que podemos tratar ahora y entrar a la campaña y poder lanzar”.
Severino se sometió a una resonancia magnética el martes.
“No me asusté porque sabía que no era nada malo”, dijo Severino. “Nada que ver con el hombro. Pienso que fue algo relacionado con los músculos”.
El derecho de 25 años recibirá una inyección de cortisona.
“Nos sentimos optimistas después de la resonancia”, dijo el gerente general de los Yanquis Brian Cashman. “Obviamente es una situación preocupante hasta que él esté en la lomita por un período consistente y cuando uno se olvide que sucedió”.
Se proyecta que Masahiro Tanaka, James Paxton, CC Sabathia y J.A. Happ conformarán la rotación de los Yanquis. Jonathan Loaisiga y el dominicano Domingo Germán son posibles reemplazos en la rotación. El mexicano Luis Cessa es considerado más como relevista.
Dallas Keuchel y Gio González están disponibles como agentes libres. Cashman dijo que es más realista pensar en añadir pitchers cuando el equipo torne su atención a la fecha límite de canjes en junio, luego del draft amateur.
“No puedo descartar nada, pero el foco está en lo que tenemos”, dijo. “Nos sentimos cómodos con eso, pero reconocemos también que a medida en que avance la campaña vamos a añadir a este grupo”.
Severino, participante en dos Juegos de Estrellas, tiene un récord de 41-25, con promedio de carreras limpias de 3.51. El año pasado se fue 19-8, con efectividad de 3.39, además de ganar 14 de sus primeras 16 decisiones.
Severino evitó el arbitraje salarial cuando acordó con los Yanquis un contrato de 40 millones de dólares por cuatro años, con una opción para el club que pudiera elevar el total a 52,25 millones por cinco años.