Una fórmula convencional de béisbol sacó adelante a los Yanquis del juego de comodines de la Liga Americana. Una audaz apuesta con su bullpen no pudo evitar otra decepción de postemporada para los Atléticos.
Un temprano jonrón de dos carreras de Aaron Judge y cuatro bravos innings del as dominicano Luis Severino señalaron el camino para que Nueva York derrotase el miércoles 7-2 a Oakland.
Luke Voit remolcó un par de anotaciones con un triple dentro del racimo de cuatro carreras en la sexta entrada que fue el golpe de gracia en el duelo de vida o muerte.
Para ese momento de la noche en el Yankee Stadium, los aficionados de casa inflaron el pecho para un desafiante cántico: “¡Queremos a Boston!”
Es lo que tendrán a partir del viernes, al tocarle a Nueva York enfrentar a los Medias Rojas, sus eternos rivales, en una serie divisional entre dos de los tres equipos que este año alcanzaron las 100 victorias — las 108 de Boston representaron un récord de la franquicia.
Boston y Nueva York no se enfrentaban en playoffs desde 2004, cuando los Medias Rojas revirtieron por primera vez en la historia una desventaja de 3-0 en una serie y eliminaron a los Yanquis, en camino a conquistar el Clásico de Octubre.
Nueva York emergió victorioso del juego de wildcards por segunda campaña seguida, esta vez liderando de punta a punta.
“Severino marcó la tónica y salió con determinación”, dijo el manager de los Yanquis Aaron Boone.
Hace un año, Severino solo pudo sacar un out en el primer inning y dejó a los Yanquis en un hoyo 3-0 abajo. Pero los bates salieron en auxilio del derecho al conseguir el triunfo 8-4. Fue el inicio de una marcha que llevó a Nueva York hasta un séptimo juego de la serie de campeonato de la liga, que perdieron ante los Astros de Houston.
Esencialmente, bajo la dirección del entonces manager Joe Girardi, los Yanquis ganaron con su bullpen.
Fue la estrategia que el piloto Bob Melvin probó al asignar a Liam Hendricks, un relevista, como el iniciador. Pero el derecho australiano — el derrotado —abrió el juego expidiendo un boleto Andrew McCutchen y ver cómo Judge depositaba una recta de 96 mph en las gradas del bosque izquierdo. Apenas dos bateadores y nueve lanzamientos, y Nueva York ganaba 2-0.
Amparado con la ventaja, Severino salió en busca de redimirse de su pobre actuación el año previo. También respondió a la confianza del nuevo dirigente Boone, quien arriesgó al darle la apertura a un lanzador que fue seleccionado por segundo año seguido al Juego de Estrellas, pero que perdió seis de sus siguientes nueve decisiones tras el clásico de julio.
“Soy alguien que gusta de analizar lo que te ha salido mal en el pasado para hacer los ajustes”, dijo Severino.
Con siete días de descanso, la mejor versión de Severino apareció para mantener en cero y sin hits a los A’s en los cuatro primeros actos. El derecho de 24 años dio rienda suelta a su poderosa recta — soltó nueve al emplear nueve en un primer inning de 10 lanzamientos — y apeló reiteradamente al slider para asfixiar a los pacientes bateadores de Oakland.
“Sabía que tenía que hacerlo diferente en este juego. Por eso que en el primer inning tenía que atacar a todos”, comentó Severino. “No buscaba ser demasiado perfecto”.
Severino bien librado de su momento más apremiante cuando ponchó a Marcus Semien, haciéndole abanicar una recta de 99.6 mph, con las bases llenas para el último out del cuarto.
Esa fue la bola más rápida del dominicano en la noche, que acabó cuando Jonathan Lucroy y Nick Martini abrieron la alta del quinto con un par de sencillos. Había llegado a los 87 lanzamientos, con siete ponches y cuatro boletos.
Dellin Betances se encargó de apagar el fuego al sacar a los siguientes dos bateadores con elevados y al final ponchar a Khris Davis, el líder jonronero de las mayores en la campaña, con un swing perdido a una recta cortada. El dominicano Betances — el ganador — también fue perfecto en el séptimo.
“Después del segundo inning pudieron afianzarse”, dijo Melvin sobre sus relevistas. Pero los Yanquis “acabaron teniendo un gran inning… Severino arrancó fuerte y Betances entró y nos cerró la puerta”.
Los A’s obtuvieron 45 victorias que fueron acreditadas a sus relevistas durante la campaña, obligados por las lesiones que asolaron a su rotación abridora.
Pero el bullpen no las tuvo todas consigo con la pizarra en contra. Fernando Rodney y Blake Treinen (autor de 43 rescates en la campaña) fueron vapuleados en el sexto, en el que el triple de Voit — un batazo que por muy poco no fue un jonrón por el rincón del jardín derecho — fue acompañado por un doble remolcador de Aaron Hicks y un elevado de sacrificio de Didi Gregorius.
Oakland descontó en el octavo mediante un jonrón de dos carreras de Davis hacia el derecho ante Zack Britton, pero Giancarlo Stanton respondió en la parte baja con un monumental cuadrangular por el izquierdo. David Robertson sacó 1-2-3 el séptimiento, mientras que Aroldis Chapman completó la faena de cinco hits.
Fue la novena aparición de los Atléticos en postemporada en lo que va de este siglo, pero solo en 2006 lograron sortear la ronda divisional. También naufragaron en el juego de comodines de 2004, cuando perdieron 9-8 ante Kansas City en 12 episodios.
Otro dato nefasto: han perdido ocho juegos seguidos de vida o muerta en postemporada desde que derrotaron a los Mets de Nueva York en el séptimo partido de la Serie Mundial de 1973, además de perder todas sus cuatro series de postemporada ante los Yanquis.
Por los Atléticos, el dominicano Ramón Laureano de 3-0.
Por los Yanquis, los dominicanos Miguel Andújar de 1-1, Gary Sánchez de 3-0. El cubano Adeiny Hechavarría de 2-0. El venezolano Gleyber Torres de 3-0.