Edgar Martínez debió transitar seis años en las ligas menores antes de establecerse en las mayores en 1989.
¿Qué tiene de malo esperar un año por el Salón de la Fama?
El ex bateador designado de los Marineros de Seattle y tercera base se quedó corto en la elección para Cooperstown el miércoles, quedando con un 70,4 por ciento del voto en su noveno año en la papeleta. Los jugadores necesitan el 75 por ciento de la Asociación de Cronistas de Norteamérica para entrar.
Fue el segundo año seguido con un incremento significativo de respaldo a Martínez, quien sería el primer jugador que se desempeñó principalmente como bateador designado durante su carrera.
“El llegar al 70,4 por ciento es un gran avance y todo lo que pienso ahora es que se ve bien la cosa para el año próximo”, dijo Martínez en una teleconferencia tras el anuncio. “Hubiera sido fabuloso entrar este año, pero pinta bien para el año próximo”.
Los fanáticos parecieron tomarse peor el que el puertorriqueño quedara fuera, pero el actual coach de bateo de los Marineros procuró aquietar la indignación con un tuit poco después el anuncio.
“Gracias a todos los fanáticos que apoyaron mi candidatura”, tuiteó Martínez. “Estamos subiendo, el año que viene quizás sea el año. Gracias a los Marineros y a los mejores fanáticos del béisbol”.
El optimismo se había disparado debido a que había repuntado mucho en los votos que se habían hecho públicos antes del anuncio oficial. Martínez y su familia estaban atentos a las publicaciones pero una vez que bajó a 77 por ciento en los votos públicos en días recientes, Martínez sabía que la exaltación este año era poco probable.
“Hasta ahora no me he puesto nervioso”, dijo Martínez. “Sabía que había una posibilidad, pero algún motivo no creía que haría realidad este año, especialmente al ver el patrón de la última semana. Así que estaba tranquilo”.
Llegar al 70 por ciento en su noveno año de elegibilidad es importante. Todo pelotero que ha alcanzado ese punto en las votaciones acabó entrando.
Hace solo cuatro años, Martínez se tambaleaba con un 25,2 por ciento, pero todo ha cambiado gracias a un cambio en la percepción de los votantes sobre sus aportes, pese a que rara vez le tocó defender tras la temporada de 1992. Su candidatura se ha fundamentado en su promedio de por vida de .312, el porcentaje de embasado más slugging de .933 y siete apariciones en el Juego de Estrellas. Pero también ha sido avalado por los análisis estadísticos.
“En ese momento nunca creí que iba a llegar a este punto”, dijo Martínez. “Es alentador ver un 70 por ciento en mi último año. Tengo una buena posibilidad”.